Capítulo 20

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La nariz de Blaine se enterró en el cuello de Kurt tratando de fijar su perfume, su esencia que tanto le encantaba. Kurt estaba tratando de no llorar, porque sabía aunque ese momento era mágico, en algún momento la magia terminaría y él se marcharía. A pesar de eso, se dio fuerzas si no podía tenerlo, al menos le quedaría el recuerdo de esa noche él seguía bailando.
Blaine no pudo contenerse más y lo besó sus labios lo buscaron delicadamente al principio, tratando de que él no se arrepintiera. Atrás quedó la verdadera intención de ese ensayo. Sebastian había desaparecido completamente de sus pensamientos y de su vida. Sólo tenía los sentidos enfocados para estar con Kurt, y aunque sea esa única noche no iba a desperdiciar la oportunidad de tenerlo. Atrás quedaron los temores, el pensar en Finn, en su mejor amigo antes que en él, ahora sólo le importaba estar con Kurt. Lentamente, mientras la canción seguía inundándolos de de sensaciones, lo llevó hacia la gran cama que había. Kurt se dejó llevar, presa de esas sensaciones que jamás, ningún chico con el que estuvo, le hacía sentir es que era lógico, a ninguno llegó a amar, de la manera en que lo amaba a él. Capaz de perder todo por un momento con el hombre de su vida. Al llegar al borde la cama, Blaine se separo y lo miró. No se dijeron nada. Él le estaba preguntando con la mirada si seguían, sabían que al momento de caer en la cama no habría marcha atrás, la canción volvió a sonar en sus oídos dándoles la señal de que no tenían que detenerse.
La música pareció desaparecer de su vida, al igual que cualquier duda que pudiera frenarlos. No había palabras de ningún tipo. Ninguno de los dos quería decirlas por temor a que alguno se arrepintiera de lo que estaban a punto de hacer. Blaine recorrió suavemente la cintura de Kurt, se despojó de su saco y lentamente comenzó a desabotonar su camisa. Suspiró profundamente, quitandola con delicadeza. Kurt se acomodó un poco y lo miró. El tenía los ojos puestos en la piel de los hombros. Lo besó nuevamente, pero esta fue más pasional. Hasta que la pasión, los derrumbó.

Cuando Blaine abrió los ojos, se encontró en un ambiente distinto a su dormitorio en la universidad. Y trató de enfocar la vista, hasta que recordó todo. Estaba en el cuarto de ayer. Había estado con Kurt. Inmediatamente giró hacia el costado. La cama era inmensa y se encontraba, enroscado en las inmensas sábanas. Pensó que Kurt se encontraría allí, durmiendo, con esa mirada dulce y una sonrisa en los labios, pero a su lado no había nadie. De pronto tuvo frío, él se había marchado. Seguramente está arrepentido - pensó. Desganado, comenzó a buscar sus prendas, esparcidas por el piso. Cuando fue a buscar el zapato, encontró uno de los broches que le gustaba usar a Kurt, y todo lo vivido la noche anterior fue más claro.

Flashback

Se encontraba nervioso. Lo tenía como quería y parecía que para él también fuera su primera vez. Con las manos temblorosas, recorrió la espalda del chico, buscando el cierre del pantalón. Sin dejar de mirarlo, lo bajó lentamente, rozando con sus dedos la suave espalda desnuda. El pantalón tardó segundos en caer. Y allí estaba, su cuerpo, tal cual lo imaginaba desde hace noches. Kurt estaba sonrojado. Tenía un brillo especial en sus ojos. Blaine, lentamente se quitó la camisa y se acercó a su cuerpo. Besó cada milímetro de su piel haciendo que Kurt suspirara. Poco tardó en quitarle y quitarse la poca ropa que les quedaba, y así lentamente los dos de fundieron haciendo uno. Sus cuerpos parecían estar hechos el uno para el otro. Se acoplaban a la perfección. Blaine tenía una necesidad del chico y lo saciaba sin restricciones. Lo besó lentamente, en la frente y luego en los labios. Trataba de entender que le decía él pero nunca lo supo. Todo lo que había sentido le había anulado los sentidos. Luego se acostó a su lado y él sin decir nada se acurrucó a su cuerpo. Hasta que los venció el cansancio.

Fin del flashback

Tomó el broche metiéndolo en el bolsillo del pantalón y terminó de vestirse rápidamente. Miró el cuarto. Todavía tenía vestigios de la decoración, de la noche anterior. No quiso quitarla. Más tarde le pediría a José que lo hiciera. Salió a los terrenos y con las manos en los bolsillos, caminó lentamente hacia adentro. Se sentía contento, pero a la vez una porquería. Sabía que lo que había hecho estaba mal, pero no había podido evitarlo. Kurt era una peligrosa tentación, y estaba demasiado cerca para dejarlo pasar. Pero al llegar a las puertas, comprendió que había cometido la peor estupidez de su corta vida, había arruinado su amistad. Estaba consciente de que ya nada sería igual que antes, que con su actitud, había alejado a uno de sus mejores amigos para siempre, porque de algo estaba seguro, la magnífica noche pasada no lo iba a alejar de su meta de su querido Sebastian, aunque eso implicara perder a Kurt para siempre. 

Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora