Capítulo 26

357 45 4
                                    

El día estaba más que perfecto para jugar. Y mucho más si querías despejar la mente y salir de la vida horrible que podrías tener, al menos por unas horas. Siempre correr fue terapéutico para Blaine. Allí podía pensar, sin la constante intromisión de Rachel, o los confusos divagues de Finn. Pero se le estaba haciendo difícil, cuando a su alrededor escuchaba a una histérica Rachel gritar que el balón le iba a pegar y se quedo enganchada en un palo para que no le pegara y no podía bajar, a un colérico Finn que la regañaba por no poner en práctica todo lo que le había enseñado.

- Te juro Rachel, eres una excelente chica en cuanto a cantar y todas esas cosas. Pero para el fut definitivamente no.

- Ayúdame Hudson – decía mientras se resbalaba – Me voy a caer.

- Sujétate bien y por amor de Dios, no te sueltes – decía Finn y se monto a su lado para ayudarla. Blaine ya no los aguantaba. Así que se alejó de ellos. Estaba suspendido, al lado de un árbol, podía ver todo los terrenos de la universidad desde su posición, la lavandería y el cuartito recordó la noche del ensayo general y sintió un escalofrío. Fue el momento más emocionante de su vida y del que más se arrepentía. Sacudió la cabeza para quitarse de los pensamientos a Kurt, pero una vez que enfocó los ojos hacia otro lado, se sintió palidecer. Sentados bajo su árbol preferido, se encontraban Kurt y Jeff  juntos y tomados de la mano. Sintió una furia tremenda nacer desde su interior, y tuvo el irrefrenable deseo de ir hasta allí y romperle la cara camino un rato, hasta que su racionalidad volvió, y se convenció que no podía hacer nada. Que él solito había decidido estar con Sebastian, no sabía si él sería el elegido, pero al menos pondría empeño en que la relación funcionara.

Durante el almuerzo Kurt no se dejó ver, sólo tuvieron contacto con él un rato a la hora de descanso en la sala. Rachel leía una revista, cuando la puerta se abrió y entró Kurt bastante colorado y sonriendo. Se fijó por todos los lugares de la sala y encontró a Rachel, se sentó junto a ella y cruzó los brazos. Blaine llegó a los diez minutos, y a los quince lo hizo Finn. Nadie habló al menos por unos minutos. Kurt tenía la mirada perdida en el fuego, Rachel miraba callada cada una de las facciones de Kurt por si se delataba en algún gesto. Blaine miraba a Kurt. Sentía que el corazón se le salía por decirle lo que sentía, pero se daba pequeños golpecitos en la sien, tratando de repetir el nombre de su novio. Y Finn obvio que Finn miraba a Rachel.

Kurt salió de sus pensamientos y lo miró. Blaine le mantuvo la mirada. Él murió de pasión. Sentía que esos ojos lo derretían. Bajó la mirada hacia el suelo si seguía mirándolo sucumbiría una vez más y no quería hacerlo o si? Blaine miró esos ojos azules y deseó por todos los cielos que en ese momento sólo estuvieran en el universo Kurt y él, como una especie de Adán y Eva, en el paraíso sin nadie que los vuelque a lo prohibido, porque nada entre ellos sería prohibido sólo la tentación del cuerpo de uno y otro disfrutándose mutuamente. Bajó la mirada rápidamente si seguía con esa sensación, se le tiraría encima y lo besaría, sin importarle Finn o cualquiera que estuviera en ese momento en la sala.

- Blaine te encuentres bien? Le preguntó Finn.

- Si

- Jugamos barajas?

- No

- Anda bro – dijo suplicante.

- Para qué quieres que juegue, si siempre me ganas? – dijo ofuscado. Kurti sonrió burlón.

- Anda si? – dijo suplicante

- Juega con Rachel – dijo cruzando los brazos.

- No - Rachel lo miró.

- Por qué no quieres jugar conmigo Finn Hudson?

- Pues porque... tú... me sacas de quicio cuando comentas en voz alta cada una de las posibilidades que tienes para mover una maldita carta.

Aprendiendo a ser Romántico (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora