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"Hoy seré tu paraíso"

La voz ronca de Jackson susurrando eso contra su oído hizo que una deliciosa corriente se deslizara por su cuerpo, recorriéndolo entero hasta terminar en su dura erección, haciéndolo sisear de placer.

Sintió como Jackson hurgaba en sus pantalones hasta sacar el cinturón. Por un momento lo invadió la curiosidad, pero cuando Jackson agarró sus muñecas y las unió por encima de su cabeza, se dio cuenta exactamente de lo qué estaba pasando.

No le pareció tan mala idea.

Jackson lo miraba con una expresión intensa mientras ataba sus manos a la cabecera de la cama. Jaebum dejó que lo hiciera. Extrañamente confiaba ciegamente en Jackson. Creía en él. Y sabía que lo que fuera que le hiciera, solo podía ser dolorosamente placentero.

Jackson preferiría no hacer eso. Si había algo que deseaba, era tener las manos de su alfa por todo su cuerpo, dándole rienda suelta a su deseo, marcándolo por todas partes. Si no podía tener las huellas de sus dientes en el cuello, al menos le gustaría tener las de sus manos en su piel.

Pero no podía hacer eso.

No podía dejar que Jaebum lo tocara tan libremente.

Lo que no había sucedido la vez anterior, podría suceder esta vez. Jaebum no era estúpido, no sería engañado dos veces.

Así que ató sus manos y se permitió disfrutar de la extrañísima sensación de tener el control sobre su alfa. Se regodeó en la mirada lánguida y sumisa de Jaebum mientras lo hacía. Lo amarró fuertemente para después ir dejando besos por sus brazos, recorriendo todo el camino hasta llegar a su rostro y volver a castigar sus labios con un beso salvaje. Jaebum gimió contra su boca y se removió debajo de él, restregando su erección contra el trasero desnudo de Jackson.

-Solo relájate…- Jackson le volvió a susurrar y se estiró para alcanzar uno de los protectores para los ojos que Jaebum tenía en su mesa auxiliar. El humano sonrió y relajó su cabeza.

-¿Tampoco me vas a dejar verte?

Jackson le cubrió los ojos con cuidado, sonriendo al ver como Jaebum le dejaba hacer cuanto quisiera.

-Solo concéntrate en sentirte bien.- le volvió a susurrar. Jaebum se removió un poco, acomodándose lo mejor que podía. Entonces Jackson se permitió relajarse por completo y dejó que sus orejas y su cola se mostraran.

Enseguida todo su cuerpo se alivió y la excitación se intensificó casi el doble. Su parte animal estaba a punto de volverse loca con la nueva libertad. Tenía a Jaebum completamente para él, a su merced. El omega dentro de él no podía dar crédito a la realidad.

Se inclinó para oler directamente del cuello de J.B., notó como se estremecía con su suave tacto. El cuello de J.B. estaba justo ahí, a su alcance, oliendo tan bien…

Comenzó a besar esa zona, haciendo que Jaebum suspirara de puro placer. Podía sentir el calor de su piel, incitándolo a clavar sus dientes ahí, a hacer al humano suyo. Se preguntó por enésima vez si realmente se podría.

¿Realmente se podría?

Le dio una suave mordida y sintió que cada uno de los vellos de su cuerpo se erizaba.

-Sí…- gimió quedamente J.B., ladeado su cabeza para que Jackson tuviera mejor acceso a su cuello.

Pero no.

Agarró sus cabellos con brusquedad y lo obligó a enderezar su cabeza para así besarlo de nuevo, recorriendo su torso con su mano libre, acariciando la piel de J.B. con ansiedad. De sus labios bajó a su pecho y se entretuvo en los pezones de su alfa, dándole suaves lamidas y delicadas mordidas que lo hacían sisear.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora