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Mientras cruzaba la calle, Mark sentía como, poco a poco, se iba disipando esa sensación incómoda que había sentido mientras estaba en la casa. El olor de Jackson en serio lo tenía alterado, y no había nada que le molestara más que tener ese tipo de pensamientos hacia quien era prácticamente su hermano menor. Al llegar a la tienda, abrió la puerta para encontrarse con que Youngjae venía saliendo. El menor iba vestido con ropas casuales, pero definitivamente no eran las que usaba para trabajar, llevaba una mochila y se había esmerado un poco más con su peinado.

-Hyung…- Youngjae lo miró, bastante sorprendido, al verlo entrar.

Esa ligera sensación ansiosa se instaló de nuevo en Mark. El olor de Jackson estaba aun rondando por su mente.

-Hey…- correspondió el saludo y se quedó de pie en medio de la tienda, con las manos en los bolsillos.

-No tenías que venir hoy. Es tu día libre.- Youngjae se acercó más a él.- ¿No lo recordabas? Te lo dije ayer.

-Sí, pero… no tenía nada mejor que hacer en casa, así que… pensé que podría venir a dar una mano. No necesitas contarme el día, pero aun así…

-Lo siento, hyung…- Youngjae ladeó la cabeza.- Pero hoy no vamos a abrir. Mi mamá tiene trabajo que hacer en la clínica veterinaria, y yo tengo que pasar por la escuela.
Mark enarcó las cejas. No sabía nada con respecto a los estudios de Youngjae.

-No sabía que estudiabas.

-Sí, claro. Estoy en cuarto año de medicina. ¿No te dije?

-Puede que lo hayas hecho, pero yo no creo recordarlo.

-Pues sí. Llevo casi dos semanas de vacaciones porque era período de exámenes de recuperación y eso… pero dado que yo aprobé todo en la primera ronda, no tuve que seguir yendo. Sin embargo, el nuevo semestre comienza el lunes, así que debo ir a buscar mi horario y rematricular. También debo pasar por la librería.

-Ya veo…- Mark retiró la vista y miró hacia la calle.

-Pero…- comenzó a decir Youngjae, se notaba que estaba dudoso.- Si de verdad que no tienes nada mejor que hacer, puedes venir conmigo. Digo… solo si quieres.

Mark buscó los ojos de Youngjae, realmente parecía haberse puesto nervioso solo por decir eso. ¿Cuál era el gran asunto con invitarlo?

-Si no te molesta…

Enseguida una sonrisa amplia y limpia adornó el rostro de Youngjae.

-¡Claro que no!- se acomodó la mochila en los hombros y se dirigió hacia la puerta mientras rebuscaba sus llaves en sus bolsillos. Al salir a la acera y cerrar la puerta con llave, sintió que Mark tiraba de su mochila hasta quitársela.

-¿Qué sucede?- se giró pero Mark simplemente se puso la mochila sin decir nada. Youngjae sintió como su rostro se calentaba un poco.- Puedo llevarla.

-Aun te duele. ¿Cierto?-  Mark lo miró, serio.

-Un poco.- Youngjae se tocó unos de sus hombros, distraídamente.- ¿Cómo…?

-Siento todavía el olor de las pomadas y los parches. Deberías ir al médico.

Youngjae le dedicó una mirada escéptica. ¿En serio le había dicho eso a él?

-Solo son unos golpes, ya estoy bastante mejor.- estiró su mano y tomó una de las asas de la mochila.- Realmente la puedo llevar.

Mark agarró suavemente su muñeca y le retiró la mano.

-No. Yo la llevaré. No te preocupes por eso, ni le des muchas vueltas al asunto. ¿Por dónde es?

Youngjae notó que Mark no había soltado su muñeca. Un ligero estremecimiento de felicidad lo recorrió.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora