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En el instante en que Jinyoung abrió la puerta de la casa, Mark pudo sentir la explosión aromática que se revolvía allí. Era el olor de Jackson, de eso no le cabía dudas, olía como si un bosque de arándanos hubiera crecido dentro de la casa y, además, un tono de canela se deslizaba entre todo ese olor. Jinyoung no pareció notarlo, pero la nariz de Mark era demasiado sensible para cosas así. Ni siquiera escuchó lo que Jinyoung empezó a decirle, lo dejó con la palabra en la boca y fue corriendo rumbo al cuarto donde estaba Jackson.

Abrió la puerta de un tirón. El olor allí era incluso más fuerte, casi nauseabundo, intenso y descontrolado. Jackson estaba sobre la cama, echo un ovillo tembloroso, con sus emociones echas un desastre. Mark se le acercó corriendo, aquello no podía ser nada bueno. Retiró el pelo de Jackson con gestos bruscos, examinando su cuello. El omega se revolvió, incómodo y se quejó. Pero Mark no lo soltó hasta que no se aseguró de que su cuello permanecía intacto. No había marcas de ningún tipo. Jackson seguía sin ser marcado.

-Oye…- le dijo finalmente, después de calmar su inicial desasosiego. No obtuvo respuesta.-…Jackson.

-¿Qué?

-¿Qué te pasa?- Mark le quitó los brazos de la cara y trató de buscar su mirada. Pero Jackson no quería verlo a los ojos. Parecía estar en medio de un berrinche. Pero Jackson no era un omega egoísta, capaz de hacer berrinches por cualquier estupidez. Para que Jackson reaccionara así, se tenía que tratar de un asunto grave. No lo había criado para dejar salir su olor así como así, con total descuido.

-No me pasa nada.

-Jackson…- era obvio que el omega mentía. Y a Mark no le gustaba para nada eso.-…Se nota a diez leguas que te pasa algo. ¿Por qué estás tan alterado?

-Te dije que no me pasa nada.

-Te lo voy a preguntar una última vez.- el tono de Mark se endureció.- ¿Qué te pasó para que estés oliendo así?




A Jinyoung le resultó extraño que Mark simplemente saliera corriendo, pero no le dio mucha importancia. Dejó el bolso que traía en el suelo y se estiró. Al parecer no había más nadie en casa. Desde donde estaba, vio que había una nota sobre la nevera. Fue hasta la cocina para leerla. Era de Jaebum, diciéndole que se había llevado a Bambam al súper.

-Eso es raro…- pensó en voz alta, pero, tampoco le dio mucha importancia. Abrió la puerta, dispuesto a comer algo, notando, muy a su pesar, que el pastel ya se había acabado. Sacó el plato vacío y lo puso en el fregadero. Ya se había puesto a buscar algo más cuando escuchó que la puerta principal se abría y varias voces se adentraban en la casa. En un par de segundos Bambam y Jaebum llegaron a la cocina, cargando varias bolsas con la compra.

-¿Y eso que fueron ustedes de compras?- preguntó a modo de saludo.

-Bambam se ofreció a ayudarme, y pensé que sería bueno comprar comida cuanto antes. Ya somos más.- le contestó Jaebum mientras empezaba a guardar algunas cosas en la nevera. Youngjae también entró a la cocina.

-Hola, hyung.-. Saludó a Jinyoung y se recostó junto a él en la meseta. Jinyoung notó que Bambam tenía el ceño fruncido y movía su nariz con frecuencia. Jinyoung trató de respirar profundo pero lo único que pudo percibir fue el olor de las cosas que habían comprado los demás.

-¿Dónde están los nuevos?- preguntó Youngjae, con fingido desinterés.

-Ah, les diré que bajen, así los conocen.- respondió Jinyoung. Salió de la cocina y se dirigió escaleras arriba, rumbo a la habitación que ahora compartían los híbridos.

-¿No me vas a decir?- Jinyoung escuchó la voz algo alterada de Mark.

-¡No! ¡Ya no me molestes más con eso! ¡Te he dicho que no me pasa nada!- Jackson le contestó, también alterado.  Jinyoung aprovechó el incómodo silencio que se creó entre ambos para tocar y abrir la puerta después de hacerlo.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora