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Jackson recogió los vasos de la mesa y se acercó al fregadero con estos. Habían acabado de cenar hacía un buen rato ya y todos habían vuelto a sus habitaciones. Jaebum, en cambio, se había quedado deambulando por la casa hasta que finalmente decidió fregar los trastes. Jackson se acercó para ayudarle y no necesitó fijarse en su olor para notar la tensión en él mientras acomodaba las cosas para fregar. La cena había sido sin dudas una bastante silenciosa e incómoda. Aun sin la presencia de Mingyu y Bambam allí, bastaba con tener a Changkyun presente para crear una tensión casi asfixiante.

Sin embargo, ahora que ya eso había terminado y solo quedaban ellos dos en la cocina, Jackson no pudo evitar preocuparse un poco por Jaebum. Ciertamente todo lo que estaba sucediendo podía ser demasiado para procesar, especialmente cuando ya el humano tenía sus propios asuntos dándole vueltas en la cabeza.

-Hyung -lo llamó quedamente-, ¿estás bien?

Jaebeom lo miró de reojo, tomando, de forma casi distraída, los vasos que Jackson había colocado junto al fregadero.

-Supongo que sí -dijo, después de exhalar un suspiro-. Solo estaba pensando.

-¿En qué? -Jackson se recostó de espaldas a la meseta, apoyando sus palmas en esta a la vez que mantenía su vista fija en sus propios pies cubiertos con unas pantuflas peluditas.

-En cosas... no sé. De repente ha sucedido de todo y se siente raro saber que había tantas cosas pasando a mi alrededor sin que yo lo notara. Lo que hizo mi madre, Mingyu... incluso lo de ustedes. Cuando creí que ya nada me sorprendería viene Changkyun con esto -Se metió los dedos en el cabello, peinándose hacia atrás-. Creo que ya han sido demasiadas locuras.

-Bueno... tal vez no es tan malo haber estado ajeno a todas esas cosas... no digo que sea bueno que te hayamos ocultado tanto pero... -le devolvió la mirada al humano- cosas de la mafia, los crímenes de tu madre... era bonito verte ajeno a todo eso. Últimamente lucías feliz y eso era agradable. Aun si... aun si todavía me duele lo que sucedió entre nosotros, verte ahora, aceptando la verdad sobre mí así... es reconfortante.

Jaebum dejó salir un suspiro y devolvió su mirada a la loza frente a él, abriendo el grifo para comenzar a fregar.

-Lo lamento.

-Está bien... no te disculpes más. No es como si no te entendiera. Sé que no te lo tomaste bien, pero tampoco sabías el alcance que podía tener lo que dijiste. Si... si supieras el daño que podían causarme esas palabras, sé que nunca las hubieras dicho.

-Creo que mereces un alfa mejor. A veces lo pienso. Eres demasiado perfecto y yo carezco de tantas virtudes. Incluso soy humano. Solo he supuesto impedimentos para ti.

-Mmh -negó el omega-, eso no es algo que dependa de lo mejor o lo más adecuado. Es una cuestión de compatibilidad. Tú eres el único capaz de encajar perfectamente conmigo. Ser una persona digna o no, ya eso depende de ti.

-Si me hablas con tanta amabilidad voy a pensar que me estás perdonando. -Jaebum se permitió sonreír levemente, aun pasando la esponja espumosa por los vasos.

Jackson dejó salir una pequeña risa nasal a la vez que retiraba la mirada.

-No te adelantes a los acontecimientos, hyung.

-¿Entonces no me vas a perdonar? -preguntó el alfa con tono juguetón a lo que Jackson se separó de la meseta y se le acercó, apoyando su mentón en uno de los hombros de Jaebum.

-Más tarde... Si me haces chocolate... así como sabes que me gusta... puede que me lo piense.

Jaebum se giró a verlo. Se le hizo necesario tragar en seco al tener a Jackson tan cerca. Su olor dulzón y suave, unido a esa actitud confiada, bastó para despertar la necesidad en él. Jackson sabía lo que hacía, no había forma de que no se diera cuenta. Así que, si quería jugar, Jaebum estaría dispuesto a seguirle la corriente en cualquier cosa que se le antojara.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora