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Mark no se inmutó al ver a Jackson y a J.B. juntos en la cocina, aun cuando estaban preparando el almuerzo como una pareja de recién casados. Solo siguió de largo rumbo a su habitación sin siquiera saludar. En estos momentos su mente no estaba lista para procesar nada, por lo que simplemente se encerró en su cuarto. Una vez allí, suspiró pesadamente mientras caminaba de un rincón a otro.

Aun no podía creer lo que había sucedido, no lograba aceptarlo como real, incluso cuando todo su cuerpo estuviera ansioso y sus pasos temblorosos lo delataran. Acababa de descubrir a su omega, debería sentirse en las nubes, se trataba del momento más feliz de su vida y, sin embargo, solo se sentía agitado y confuso. Había algo en sus sentimientos que le resultaba difícil de procesar, la forma en la que sentía que deseaba a Youngjae era absurda. El repentino cambio que sufrieron sus emociones era sobrecogedor. Hacía apenas una hora, para él, Youngjae solo era Youngjae. No llegaría al extremo de decir que el chico no le importaba en lo absoluto, pero tampoco era su principal prioridad.

Además, Youngjae era un humano.

Eso tampoco lo podía ignorar y se atrevería a decir que era la razón que más pesaba en su consciencia.

Youngjae era su omega, sí, pero no por eso podía simplemente precipitarse en una idiotez como la que había estado a punto de hacer. Había estado a punto de marcar a Youngjae. Mientras paseaba sus dientes por el cuello del chico, había sentido esa necesidad, casi como una orden, un deseo demasiado difícil de soportar. Aún tenía dudas sobre como había logrado resistirse, pero sabía que posiblemente no lo pudiera hacer de nuevo si tenía a Youngjae frente a él. Lo que su alfa interior le pedía era demasiado fuerte. Su necesidad de poseer a Youngjae era abrumadora. Lo único que conseguía traerlo de vuelta a la realidad era recordar el hecho de que el chico era humano. Solo así conseguía imponerse a sí mismo un poco de racionalidad.

Se sentó en el borde de la cama y comenzó a meter sus dedos en su cabello, de forma desesperada y brusca, tratando de disipar todas las emociones que se arremolinaban en él para ver si conseguía pensar claro de una vez.
Aunque era inútil, la verdad...

Tenía el olor de Youngjae atorado en su nariz, jugando con su ecuanimidad. Pidiéndole en silencio que se pusiera de pie y regresara a la habitación de Youngjae.

-¿Hyung?- no notó que Jackson había abierto la puerta y lo observaba desde el umbral, un poco dudoso en sí debería acercarse o no. Mark lo miró sin variar su expresión de desesperación. Jackson nunca lo había visto así, tan vulnerable y confundido. Se acercó suavemente y se agachó frente a él.- ¿Pasó algo? ¿Por qué vuelves tan temprano?

Mark solo suspiró pesadamente y volvió a meter sus dedos en su cabello, peinándolo ahora con suavidad, tratando de calmarse. Jackson le retiró las manos y las sustituyó con las suyas, acariciando suavemente el pelo de Mark, sabía que eso era lo más efectivo para calmarlo. Mark se mantuvo en silencio, dejándose llevar por la sensación de las manos de Jackson en su cabeza.

-¿Tuviste algún problema?- Jackson insistió al notar que Mark parecía no dispuesto a hablar.

-No te preocupes por eso.

-Mark...- Jackson sonó ligeramente molesto. Detestaba cuando Mark era así, tratando de cargar con toda la carga él solo.

-En serio.

-Solo dime que te pasó.

Mark se lo pensó. Realmente era algo lo suficientemente importante como para compartirlo con Jackson. Tenía su ironía incluso, que ambos compartieran un destino tan similar.

-Encontré a mi omega.

Las manos de Jackson se detuvieron. Debido a su mirada gacha, Mark no pudo ver la pequeña sonrisa que se fue formando en los labios del menor.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora