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Yuto escuchó el sonido de la puerta al abrirse y todos sus sentidos se pusieron en alerta. Se dio la vuelta, justo a tiempo, para ver como un agitado Hyunggu se adentraba en su escondite, apoyando su espalda contra la puerta después de haberla cerrado con un empujón. En su rostro pálido y sudoroso podía notarse el pánico. Yuto lo miró, y justo en ese instante Hyunggu se percató de su presencia.

Como si hubiera visto un fantasma, Hyunggu se acercó a él, incapaz de dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo.

-¿Yuto…? ¿Estás… estás vivo?

El alfa lo recorrió con la vista, igual de extrañado.

-Sí… y no pensé que tú siguieras en la ciudad. Después de lo que pasó…

Pero el omega se abalanzo sobre él, rodeándolo con sus brazos en un apretón ansioso. Su voz adquiriendo un tono lloroso.

-¡Pensé que los hombres de Mingyu te habían matado!

-No, estoy bien.- Yuto lo apartó suavemente.-Pero… ¿Por qué estás aquí? Deberías haber dejado la ciudad. La operación se fue a la mierda.

-No.- Hyunggu lo miró, sonriendo, orgulloso.- Wooseok y Hongseok también se pudieron escapar. Entre los tres decidimos seguir con lo que teníamos planeado. No iba a dejar que…

-¿Qué dijiste?

-Que yo y los chicos…

-¿Qué mierda hiciste, Kino?- la expresión de Yuto se endureció.

-Solo fuimos a buscar al omega ese que andaba con Mingyu y resulta que estaba con el chico que vive con el hijo de la señora Im. Pensamos que sería matar dos pájaros de un tiro. Creo que a ella le vendría muy bien si los hiciéramos desaparecer a ambos.

Adachi se llevó las manos al cabello, al borde de la exasperación.

-¿Acaso estás loco, Kino?

-Es que yo… yo pensé que…

-¿Dónde están?

-Eh… ¿Quiénes?

-¡Wooseok y Hongseok! ¿Por qué no están aquí contigo? ¿Qué hicieron con esos dos?

-Ah, eso…- Hyunggu bajó la vista.- Ellos… como que fueron arrestados... eso. Un poco… llegó la policía anti-híbridos y bueno...

Yuto se llevó las manos a la cintura, respirando profundo, usando toda la paciencia que tenía para no descargar su enojo con el omega.

-¿Y esos dos, el omega de Mingyu y el otro?

-Ellos también.

-Genial.- dijo Yuto con sarcasmo a la vez que buscaba su celular.

-Pero… ¿Por qué te pones así? ¿Qué pasó? ¿Hicimos mal? ¿No deberíamos tratar de ayudar a Wooseok y a Hongseok?

Yuto no le contestó, solo se alejó unos pasos en dirección a la ventana, llevándose el móvil al oído.

-¿Jun?...- dijo, mirando hacia afuera, su brazo libre cruzado sobre su pecho. El rictus de la preocupación aun cruzaba su mirada, sin embargo su tono fue suave, aunque urgente.-Ha ocurrido un problema.

Hyunggu se acercó a él, curioso, notando por primera vez que Yuto tenía una marca de enlace en la parte trasera de su cuello.

-Hyung…- llamó, bajito, pero Yuto siguió ignorándolo, su mano libre ahora peinaba sus cabellos hacia atrás, enfocado en lo que sea que le estuvieran diciendo.

-Ya casi lo tengo todo listo, supongo que tendremos que movernos antes… sí, ya sé… No, pero el asunto se ha ido en un rumbo que no planeábamos… No, no sé cómo podría afectarnos eso, pero igual creo que debemos actuar cuanto antes… está bien…- de repente sonrió, adquiriendo una expresión ligeramente tonta.- Yo también. Dale, cuelga.

¡No se admiten mascotas! <JackBeom>✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora