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Matteo.

M: ¿Para que me dice esto?.

S: Va a tener que subir su promedio en la primera evaluación, si no es así tendrá que acudir a clases extra.

M: ¿Y usted me las dará?. Soy un poco odioso,
creo que lo estaba hartando.

S: Si, le recomiendo que se ponga a estudiar.
Dió media vuelta y se fue.

El descanso acabo y entramos otra vez a clases, está vez era otro maestro el cual no es tan importante.

Las clases acabaron y me dirigí a mi casa, cuando llegue no había nadie por suerte, así que solo hice lo que me gusta, cantar. Coloque música a todo volumen y pude liberarme. 

Comencé a cantar y ahí fue donde todo cambio. 

¿Quien eres tu?. 

Quien eres tu
Que me aferras a la vida
Con tus hilos invisibles
Y me das la bienvenida

Quien eres tu
Que me envuelves con tus alas
Y tus luces nacimiento
En mi zona despoblada

Desangelada me hablaste
En el medio de toda la nada
Tan despojada me amaste

Y un día me diste tu alma

Al cantar esa canción el llego a mi recuerdo, ¿Por que siento que el es tan distinto?, aunque yo odie a todo el mundo el es diferente, me hace sentir raro, de una forma sumisa, quiero ser suyo. 

Pero no puedo creerlo, no soy gay, no soy un maricón, pero por el lo soy, ¡No!, ¡Yo no soy eso, ni por el ni por nadie!. 

Madre: Matteo, quita esa estupida música de personas huecas, por favor.
Apague la música y mi momento se acabo. Me fui a mi habitación y pensé lo que me dijo. 

M: ¿Debería estudiar?, tengo la oportunidad de estar con el a solas o no tener que verlo mas tiempo. 

El día paso y me las pase componiendo una melodía y soportando los gritos de mi madre, no la soporto mas, me desespera, no comí nada, no quería verle la cara a nadie. 

Caí dormido y ahí fue donde todo se me aclaro.

En el sueño.  

Me encontraba en la escuela al parecer, pero estaba solo, no veía a nadie al mi alrededor. 

S: Hola, llegaste. 

M: ¿Llegar?, a donde, ¿Quien eres?. 

S: Tu profesor y tu dueño. 

M: ¿Mi dueño?. 

S: Si, eres solo mio.

M: ¿Solo tuyo?, claro, ahora resulta. 

S: ¿No quieres?.
Se acerco hacia mi, me levanto de mi asiento y sujeto por la cintura.

M: ¿Que haces?.
Nuestras respiraciones chocaban, su cuerpo estaba pegado al mío.

S: Te hago mío.
Me beso, sentí sus lindos labios era tan lindo, pero es un delito.

De ahí comenzó a recorrer todo mi cuerpo con su mano.

Madre: ¿Que esperas pendejo? Despierta que se te hará tarde y no te quiero aquí, para que no hagas nada.

       

Solo Tuyo | Sitteo | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora