Bonus: MPreg, Primera Parte

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Esto es un "capricho" que quiero cumplir, si no les gusta el contenido así, les pido que solo no lo lean y si les gusta, pero creen que lo hice mal, por favor no me digan cosas malas, ya que sería la primera vez que lo hago.

Matteo.

-¡Más!, Ahí,- gemidos eran expulsado de mi parte -¡Auch!- hasta que en un movimiento me lastimo.

-¿¡Estás bien!?- Sonaba preocupado.

-No es nada- Me levanté un poco lento y así le di un beso -Me gusta que seas salvaje- Dije un poco más cerca de su oído.

El siguió, aunque ahora un poco más lento.

-¡Ay, Simón! ¡Qué bien lo haces!- Dije justo antes de que el terminará dentro de mi.

Para que así el después comenzara a lamer mi miembro, eso era nuevo, pero era verdaderamente satisfactorio, hasta el punto en el cual termine en su rostro.

-Lo siento, no quería- Dije intentando disculparme, pero lo único que gane fue que el me besara, haciendo que ambos estemos con semen en la cara -Eres un asqueroso-.

-Y tu una persona muy guapa- Se levanto de la cama, para así ir directamente al baño -¿Vienes?- Dijo entrando en en el baño.

Lo seguí, así iniciando un baño juntos, era muy satisfactorio el estar con el, llevo más de, casi dos años viviendo con el y siendo su novio, así que el hacer eso ya era muy cotidiano.

Después del baño decidimos ir a dormir, así finalizando un día más de escuela y el un día más de trabajó, por suerte dos días después de haber decidido el vivir con el, el pudo conseguir un empleo en una empresa importante, a pesar de que ese no fuera su sueño.

Al despertar era extraño, sentía mi estómago revuelto, como si algo de lo que había comido el día anterior exigiera por salir, y al parecer habían ganado, así que me levanté de la cama lo más rápido que pude, para así dirigirme al baño y poder dejar salir la comida.

-¿Estás bien?- Dijo Simón entrando en la habitación, justo después de que yo hubiera vomitado.

-Creo que algo me hizo daño- Dije tirando de la cadena, para después lavar mi boca con solo agua.

-¿Seguro?- Dijo no muy convencido de mi respuesta.

-Si, no tienes por qué preocuparte- Salí del baño, para así ir a la cocina, ya que tenía hambre y mucha.

Al entrar en la cocina, vi que Simón ya había comenzado a cocinar, lo que aparentemente eran huevos con jamón, así que yo lo termine y comencé a comer.

-Veo que tienes hambre- Dijo sirviéndose un poco de lo que había sobrado, y justo después de haber visto lo mucho que me había servido.

–Tengo mi estómago completamente vacío, creo que es un poco obvio el tener hambre–

–¿Irás a la escuela, o te quedarás en casa?– Dijo evadiendo mi comentario un poco borde.

–Creo que me quedaré, aunque me gustaría que tú también lo hicieras– Estaba frente de mi, con su mano estirada al centro de la mesa, así que me fue fácil el que la tomara– Tal vez podamos hacer lo mismo que anoche– El solo alejo su mano, aunque no por completo, para así no parecer grosero.

–Lo haría, lo sabes, pero no puedo faltar, pero si quieres quedarte en casa, hazlo ya puedes justificar mañana o voy por ti hoy–

–Gracias amor, pero creo que lo haré yo, después de ir al doctor, no creo que sea normal el despertar con náuseas–

Pasaron varias horas, Simón ya se había ido a su trabajo y yo tenía que ir a hospital, el vomitar hacia que dudará de mi salud, así que le llame a Rebeca si podía acompañarme y acepto, ahora solo era el encontrarme con ella allá.

El viaje no fue tan largo, Simón necesitaba el auto, así que pedí un Uber, el cual no tardo tanto en hacerme llegar a mi destino.

Ya había entrado, estaba ¿Emocionado?, Era una sensación extraña, tenía el presentimiento de algo, algo que cambiaría mi vida por completo.

–¡Joven Balsano¡– Una enfermera había salido del consultorio, al parecer era mi turno de pasar.

Al entrar, varios recuerdos vinieron a mi, cuando mi madre me traía, por algún malestar o me hacia acompañarla, a pesar de que no son los mejores, hicieron que me pusiera sentimental.

–Hola Matteo, veo que has crecido– El estaba ahí, era el mismo doctor que me atendió la primera vez me sentí mal– Cuéntame, ¿Que te trae por aquí?– Dijo haciéndome una señal de que tomara asiento frente a el.

–Buenas tardes doctor, la verdad es que, hay un malestar en mi estómago, con el cual aparentemente amanecí– Me comenzó a analizar con la mirada, así que comencé a darle más síntomas– A lo que me refiero es al vomitó, desperté con ganas de vomitar, y después de eso era inevitable el tener mucha hambre–

–Tal vez estés embarazado– Dijo riendo, aunque cuando vio que yo no lo hacía dejo de hacerlo– ¿Usas protección verdad?– No conteste, la respuesta no era la adecuada– Matteo– Dijo con una mirada severa.

–A veces, si los uso, pero hay veces que no, así que cincuenta cincuenta– Dije sin siquiera mirarlo, jugando con mis manos, esperando su regaño.

–¿Estás consciente de que si lo estás va a cambiar tu vida por completo?, ¿Estás listo para ser padre?– Dijo con un tono de apoyo.

–¿Se está listo para serlo?– Cada vez tenía más dudas, lo estaba pensando, en realidad lo hacia, hasta cierto punto en el cual mi cabeza se dividió, así iniciando una guerra de pensamiento, ambos bandos, uno peleaba por el si y otro por el no tenerlo.

–Realmente no, pero, ¿Sabes lo que harás?–

–¿Como puedo saberlo?–

–Tanto con una prueba de embarazo, como con unos análisis de sangre, los cuales tardarían unos minutos más que la prueba, pero son más exactos–

–Quiero los análisis– La guerra, estaba más que en su punto, los resultados me dirían si es que estoy embarazado.

Pasaron varios minutos, estaba con Rebeca en sala de espera, mientras esperaba los resultados, no podía con las ansias, pero fue ahí que escuche mi nombre.

Me acerqué a la enfermera que me llamaba, así recibiendo un folder, el cual contenía la verdad...































Solo Tuyo | Sitteo | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora