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Matteo.

S: Estoy oficialmente divorciado. Dijo con una notoria felicidad. Ahora puedes ser mío, solo mío.

M: ¿Sólo tuyo?. Fue muy repentino, no sabía cómo sentirme, no me gustaría saber que se divorcio por culpa mía.

S: Claro si tú quieres. Volvió a darme otro beso, uno corto, a el cual yo no correspondí. Ahora vístete, alguien podría venir.

Me levanté con un pequeño dolor, había sido un poco rudo todo y el escritorio no era lo más cómodo del mundo.

Sujete mi ropa, junto con mis zapatos y comencé a vestirme de vuelta, el hizo completamente lo mismo.

Pensaba sentarme, pero el no me dejó.

S: ¿No se te olvida algo?. Dijo muestras que con su mirada señalaba todas las cosas tiradas por el suelo.

M: No pienso recoger todo.

S: Tu fuiste quién lo tiró.

M: Y tu fuiste quién me la metió, aparte sin condón, pude quedar embarazado. Dije con una clara exageración.

Lo miré con indignación, intentando aguantar las ganas de reírme a carcajadas por lo que acababa de decir.

No resistimos por mucho tiempo, así que cuando nos miramos directamente a los ojos ambos comenzamos a reír.

M: De acuerdo, levantare las cosas, solo que no lo haré solo, tú me ayudaras.

S: ¿Y si te digo que es un castigo?.

M: No hay más sexo. Me acerqué lentamente a él y con mi mano comencé a recorrer su rostro. Ahora que puedo ser sólo tuyo, podría haber mucho, pero si no me ayudas a levantar todo olvídate de eso. Puse mi nariz contra la suya. Tu decides. Dije para después darle un beso.

S: Eso es chantaje.

M: Tal vez, ¿Entonces que decides?, ¿Me ayudarás?...

Regrese a mi casa, el castigo había concluido y una rara sensación me invadía, el podía ser mío, podríamos ser algo más que alumno y maestros, pero eso no me entusiasmaba, por mi mente solo pasaba que lo hizo por mi culpa, que yo rompí una familia.

M: ¡Ya llegue mamá!. No recibí respuesta. ¿Mamá?.

Aún nadie respondía, subí escaleras, la puerta de la habitación de mi madre estaba abierta y ella nunca la deja abierta.

Me acerque lentamente, el miedo me estaba comenzando a invadir.

Asome mi cabeza por el marco de la puerta lentamente, pero lo que vi me aterro, pequeñas gotas de sangre estaban sobre el suelo, las cuales dirigían a un charco un poco mas grande, habían mas gotas, las cuales seguían hasta las puerta del baño de mi madre. 

Me acerque y comencé a escuchar pequeños sollozos. Di un toque sutil a la puerta. 

M: ¿Mamá?, ¿Eres tu?, ¿Puedo pasar?. No recibí respuesta, así que lentamente entre y lo que vi fue de lo peor que había visto en mi vida. 

Se encontraba tirada en el suelo, con un vestido blanco, el cual le llegaba hasta las rodillas, solo que con un pequeño color rojo en la parte de hasta abajo.

M: ¿QUE FUE LO QUE PASO?. Me acerque a ella ignorando por completo la sangre que se encontraba ahí, la abrace para intentar consolarla, ella seguía llorando, es como si no pudiera parar. 

Mm: Lo perdí, ¡Perdí a tu hermano!...         


Solo Tuyo | Sitteo | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora