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Matteo.

Todos nos miraban, no sabíamos que hacer, era una presión social. Así que el solo volteó a verme y con una mano sujeto mi mentón, para así besarme.

Director: ¡Ambos, a la dirección!. Se mostraba enojado, pero era divertido, la sensación de rebeldía.

Ambos salimos a donde nos habían dicho y se notaba que el también tenía la sensación de adrenalina.

S: Sabes, me siento como si de verdad tuviera tu edad y estuviéramos castigados.

M: Pues, no te emociones mucho, por que puede que sea la última vez que estamos los dos bajo este techo.

Al entrar nos esperábamos lo peor, pero no fue así, su rostro de "furia" desaparecido al cruzar la puerta.

Director: En realidad no tienen por qué preocuparse, tampoco cuestionarse tus notas, pero los demás demandan que te aplique el examén.

M: Claro, estoy dispuesto a hacerlo y dejar en claro la verdad.

S: ¿Estás seguro?, ¿Y si pasa que no puedes leerlo?. Dijo alejándome de el director y sujetando mi hombro en forma de apoyo.

M: No lo sabré si no lo intento, de todos modos tendría que hacerlo.

Director: ¿Listo joven Balsano?. Dijo mientras extendía una gran cantidad de hojas.

M: Pensé que sería solo de Matemáticas. Dije mientras tomaba asiento en el escritorio del director y tomando un lápiz.

Director: Lo es, la mayoría de estas hojas son para que puedas hacer cuentas.

S: ¿Listo?.

M: Espero poder.

El director le hizo una señal a Simón de que se alejara, para así iniciar una conversación con el.

Comencé a leer, todo parecía normal, el primer tema Simón lo dio el día que pidió que me castigarán, era inevitable el que recordara esa clase.

Llevaba solo cuatro respuestas contestadas y juro que estaba dando lo mejor de mi, pero ahí fue cuando ya no pude, las letras comenzaron a revolverce, algunas incluso desaparecían, haciendo que las palabras no tuvieran sentido. Ellos seguían hablando, no quería dejarlo mal, así que intente concentrarme.

Cerré los ojos, para que así las letras volvieran, pero no funciono, comenzaba a estresarme, pero decidí ocultarlo, comenzaba a ver entre borroso, pero solo era por los nervios, así que decidí no decir nada, hasta que se intensificó el dolor de cabeza, junto con la vista borrosa, aunque ya no solo eran las letras, si no todo a mi alrededor, sentí como una sensación de importencia y falta de fuerza invadió mi cuerpo.

S: ¡Matteo!. Fue lo último que escuche, antes de haber caído desmayado.

...

Estaba despertando, no recordaba lo que había pasado el día anterior, era como si hubiera dormido por mucho tiempo.

S: Despertaste. Dijo aliviado, haciendo que observará a mi alrededor y darme cuenta de que no estaba en mi habitación.

M: ¿Hola?, ¿Quién eres?.

S: ¿Quién soy?, Soy Simón, tu novio. Se escuchaba preocupado.

M: Perdón, pero no conozco a ningún Simón.

S: Creo que iré por el doctor, no te muevas.

M: ¿A donde quieres que valla?, Por suerte no estoy tan mal, como cuando me lo haces. Se acercó rápidamente y confundido, creo que comenzaba a notar mi broma.

S: Eres un tonto. Dijo para después besar mi mejilla.

M: ¿Como llegue aquí?, ¿Y cuánto tiempo llevo dormido?.

S: Yo te traje aquí, como unas dos horas, estabas haciendo un examén y te desmayaste.

M: ¿Y cuál es mi calificación maestro?. Dije su una forma más pícara y luguriosa.

S: Una muy baja, pero yo te ayudo en eso después. Ambos reímos, era una forma de burlarnos que se nos ocurrió casi al instante cuando nos acusaron de hacer eso.

M: ¿Supongo que no te despidieron?.

S: En realidad eso no lo sé, lo hablaré el día de mañana con el director, para así poder definirlo.

Doctor: ¿Puedo pasar?. Dijo un hombre en bata, que tocaba la puerta...



















Solo Tuyo | Sitteo | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora