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Matteo.

S: Te seguiría el juego, pero me gustaría ver una película antes. Dijo interrumpiendo el beso, para así después de hablar darme otro un poco más corto.

Y así lo hicimos, hicimos que su sofá se hiciera cama, hicimos palomitas y colocamos el rey León, ya que es mi película favorita.

Estaba pasando la escena donde Mufasa moria, la escena que aún no podía superar, así que como vio que mis ojos se cristalizaban y lágrimas comenzaban a deslizarse por mis mejillas el me abrazó, acercándome a su pecho y así consolandome, acariciando mi cabello, haciendo que me quedara dormido.

S: Te amo bonito y solo espero que todo salga bien. Dijo para después darme un pequeño beso en la frente, haciendo que cayera dormido por completo.

Al despertar el no estaba ahí, supuse que podría estar en el baño, así que lo busque, pero no fue así, el no estaba ni en su habitación o algun lugar de su casa.

Hasta que llegue a la cocina y pude ver una nota amarilla sobre de un plato de hotcakes.

Perdón por no estar ahí contigo, salí por que necesito conseguir un empleo, nos vemos más tarde.
Te amo ❤️ -S

Eso me entristecío, ya que uno de los motivos, por el cual quise venir con Simón, era por que quiera que el fuera a la primera persona que veía en mi cumpleaños, se suponía que hoy cumplo oficialmente los dieciocho años, y mi plan era festejarlos con el.

Comencé a comer lo del plato, imaginando que lo hizo sabiendo que es mi cumpleaños, pero lo más probable es que no era así.

Antes de que pudiera terminar el plato mi teléfono comenzó a sonar, haciendo que lo buscará por toda la sala, encontrandolo debajo de una almohada.

Llamada:

M: ¿Hola?.

R: ¡Feliz cumpleaños!. Dijo Rebeca del otro lado del teléfono, gritando, haciendo que separara el objeto de mi oreja.

M: Gracias, pero ¿Era necesario gritar?, No quiero quedar sordo en mi cumpleaños.

R: Lo sé, perdón, pero es que tengo primero dos noticias. Sonaba entusiasmada.

M: ¿Que noticias?.

R: ¡Ya tienes escuela nueva!, Y segunda, ¡Ya podemos ir de antro juntos!.

M: Aún no podemos hacer eso, tengo que sacar mi identificación para poder pasar y segundo, ¿Como es que ya tengo escuela?, Más bien, ¿A qué te refieres?.

R: Como se que eres un chico muy estudioso. Soltó una pequeña risita después de haber dicho eso. No quise que perdiera el año, así que me dediqué a buscar un lugar donde puedas estudiar, sin que se te complique nada, por suerte hay una escuela para dislexicos que podría ayudarte, claro si tú quieres ir. Lo último lo dijo un poco más cuidadosa, como si no quisiera ofenderme.

M: ¿Cuando se supone que tendría que ir?.

R: Hoy...

M: De acuerdo, mándame a qué hora y ya te veo, adiós...

Fin de la llamada.

No es que me entusiasmara la idea de ver una escuela el día de mi cumpleaños, pero si mi plan inicial no se pudo, no veo cuál sería el inconveniente.

Me aliste, para así salir y en el camión contestar los pocos mensajes de cumpleaños, con excepción de uno, el de Benicio.

Eran casi las dos, y yo ya estaba en la escuela, en la cual Rebeca me había citado, al parecer si era una escuela para dislexicos, o al menos eso decía el cartel de entrada.

R: ¡Feliz cumpleaños!..Dijo llegando por atrás, abrazandome, golpeándome con una bolsa de regalo color dorado.

M: Gracias. Dije ahora viéndola a los ojos.

R: Toma. Extendío dicha bolsa.

M: No tenías que haberte molesto, apesar de que ahora me debes 17 regalos.

R: ¿17?, ¿No quieres también otra cosa?.

M: Está bien, con este me conformo. Lo iba a abrir, pero ella me detuvo.

R: Si es que quieres tener una buena primera impresión no lo habras ahorita, mejor cuando estemos en su departamento...





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