Solo Tuyo | Sitteo | Completa

25

Matteo.

Benicio estaba ahí, sentado, con un atuendo un poco elegante.

M: Hola. Me acerqué a el, para sentarme a a su lado, pero él se levantó tan repentinamente que hizo que nuestros labios terminarán muy cerca.

B: Hola. Dijo haciendo que nuestros labios rozaran.

Cerré mis ojos después de ver como el lo hacia, comencé a acercarme lentamente, haciendo que la distancia terminará. Y justo cuando sentía sus labios sobre los míos, unas pisadas hicieron que me separara de el y que sólo tomara asiento al lado suyo.

Mb: Tienen un hogar hermoso, es muy agradable tener unos vecinos como ustedes. Dijo bajado una señora, la cual supuse era la madre de Benicio. Tú debes ser el joven Matteo, ¿Verdad?.

M: Si, un gusto. Me acerqué y estreche su mano. No sabía que seríamos vecinos. Dije refiriendome a Benicio.

B: Yo tampoco, es una noticia que me alegra. Volvía a sentarme al lado suyo. Te ví salir de este lugar y por eso fue que vine a buscarte, quería saber si este era tu hogar.

M: Pues es un placer ser vecinos, chico del super mercado. Gire hacia él y estire mi mano, para así estrecharlas, soltamos una pequeña carcajada, para así mirarnos directo a los ojos.

Mm: La mesa está lista, ¿Gustan quedarse?.

Mb: No queremos ser una molestia, aún quedan cosas que desempacar, aparte es navidad, es momento de pasarla en familia.

Mm: No creo que valla a pasar algo malo por que se queden, aparte tu hijo puede conocer más al mío y tal vez así no le cueste tanto adaptarse en su nuevo colegio, si llega con un amigo, aparte así pueden tomarse un pequeño descanso de la mudanza, venir desde Italia debe ser muy cansado.

Mb: En verdad muchas gracias, ¿Benicio qué opinas?.

B: Son muy amables, pero. Puse mi mano sobre la suya, haciendo que volteara hacia mi. Por mí está todo bien. Dijo cambiando por completo de actitud.

Pasamos a la mesa y comenzó la cena, era todo muy agradable, Benicio estaba sentado al lado mío, nuestras madres delante de cada uno y por último mi padre en el costado de la mesa.

La cena transcurrió en pequeñas risas, anécdotas contadas por nuestras madres, haciendo que tanto él como yo murieramos de la vergüenza, su pierna estaba enredada con la mía, así que la movía para simular una caricia.

La cena había terminado, solo que aún nadie se había levantado.

Mb: Muchas gracias por todo, fueron muy amables, pero es momento de que nos vallamos.

Mm: Fue un gusto yespero les halla agradado todo.

Mb: El gusto es nuestro, Benicio es momento de irnos.

Benicio no escucho nada de lo que estaban diciendo, ya que estaba hablando conmigo.

M: Puedes quedarte, así duermes sobre una cama y no en el suelo.

B: Ya hicieron mucho por nosotros, no creo que sea muy bueno que lo haga, tampoco quiero parecer un intruso.

M: No lo parecerás, así podemos hablar más sobre el colegio y conocernos mejor.

B: De acuerdo, me quedare hoy, pero solo por qué tú me lo pides. Intento darme un beso, pero yo solo di un paso hacia atrás.

M: Espera un poco...