Amigos Con Beneficios ☆

Soy muy competitiva, así que debemos ganar Baloo

•Capítulo 20•

Karol

Ven esa sensación extraña de estar en lugar que no tienes ni idea, con personas que no conoces pero al lado tuyo está una persona que quieres mucho, algo como incomodidad pero a la vez seguridad. Algo extraño pero eso es lo que siento ahora.

Verán, hay muchas mesas y cada una tiene un número, el número que nos dieron en la puerta es el que tienes que buscar en la mesa. Nuestra mesa es la número 15.

En ella están ocho personas, más nosotros y completamos diez. Y, como el destino hermoso me ama, Candelaria está en esta mesa. Noten el sarcasmo.

Ella está con un chico el cuál no conozco y luego, bueno ella y Ruggero son a los únicos que conozco de esta mesa.

—¡Chicos! Que bueno que vinieron —Habla la pelirroja sonriendo.

—No había otra opción —Digo tratando de sonar algo así como buena onda pero salió todo lo contrario.

—Claro, en fin, ya que se sentaron aquí... —Hace una pausa. —Amor ¿Vienes?— señala a su lado, en donde estoy yo. 

Verán, estoy a lado de Candelaria, junto a ella su chico y luego otras personas.

—Estamos bien así —Dice Ruggero.

—Vamos, ven.

—Estoy bien —Dice el sonriendo.

—¡Ven! —Abre los ojos y apreta sus labios.

—Ya, ya.

Me muevo al lugar de Ruggero y el se mueve a dónde estaba yo... De todas esas mesas me tuvo que tocar la peor.

Candelaria lo agarra del cuello y lo acerca a ella presionando sus labios en un beso lento.

Ruedo los ojos y me dedico a mirar a otro lado. Veo que en la mesa 16 están Carolina y Agustín, al menos están cerca.  Ella está concentrada hablando con un chico rubio y muy guapo y a la vez con una chica en frente de ella que le habla de a ratos. Agus está mirando al techo con su mandíbula tensa, no mucho pero lo ssuficiente para que yo pueda ver, oh, está celoso.

El karma amigo.

Vuelvo a mi mesa y busco alguna persona con quien conversar, una chica vestida de negro pero con un maquillaje tan llamativo, un chico que parece amable, en fin. ¿De que hablo? Ni siquera se que es de sus vidas.

En mi intento fallido por socializar saco mi celular y escribo a mi hermana y mis padres.

—¿Como te llamas? —La chica de risos oscuros y piel blanca pregunta.

—Karol, ¿tú?

—Soy Natalia, puedes decirme Nati, Nat, Natali, como desees.

—Claro, Nati —Digo y guiño el ojo.

—Ya me caes bien —Dice. —¿Eres nueva? No recuerdo verte por aquí.

—Sí, llegué hace unos días —Sonrío. 

—Yo vengo desde el año pasado

—¿No te aburres? —Pregunto mientras tomo del vaso que me sirvieron hace segundos. —Digo, hay mucho tiempo libre y en los días que llevo aquí me aburrí bastante

—Mmm, no mucho, siempre tengo alguna tarea o trabajo para hacer, estudiar o leer algún libro, gimnasia otras actividades, una vez que empieces vas a querer esos tiempos libres —Hace una pausa y observa mi cara de susto. —Igual, no temas, empieza de a poco —Sonríe.