Amigos Con Beneficios ☆

¡Ey! Ahora no eres Carolina ¡eres Caroline!

•Capítulo 47•

Karol

Por lo menos el azul no le queda tan mal.

Lo malo es, que lo hicieron ellas, y las van a pagar.

—¿Están locas? —voy hasta ellas enojada.

—¿Qué? ¿No le gusta ser un pitufo? Pero si pensamos que era su color favorito —Valentina se ríe burlonamente.

—¿Qué se les pasó por la cabeza al querer pintar nuestro cabello de otro color? Porque estoy más que segura que mi shampoo debe estar igual —me cruzo de brazos.

Carolina viene a mi lado luego de vestirse y lleva una toalla en su cabeza.

—Les juro que me la van a pagar —las empuja enojada y ellas solo la observan.

—Estaban advertidas —Candelaria abre su boca solo para que la ira que Caro llevaba dentro explote y se lance contra la pelirroja.

Por más que me encantaría ayudarla o dejarla que la golpee hasta que se arrepienta de querer jodernos la vida, esto no es lo correcto, está actuando en caliente y no necesitamos eso, debemos planear cada paso porque estamos en la mira de todos los directores y profesores, no podemos hacer este tipo de cosas.

Veo que Valentina intenta separarlas pero es inútil.

—Caro, no —la estiro del hombro, ella me mira y yo hago una seña haciéndola entender que debe calmarse y lo entiende.

—Estúpidas —suelta a las dos que nos hacen la vida más difícil, y con bronca  se va del baño dejándome sola.

—Me vas a dar tu shampoo en este instante o ya mismo le hago ver al director el vídeo que grabé de ti diciéndome todas esas horribles —alzo las cejas y estiro mi mano hacia ella.

Las dos se miran y rendidas me entregan el bendito shampoo.

No había ningún vídeo, y me parece patético que no hayan insistido para verlo.

—Borra el video —Candelaria se pone en frente otra vez.

—Tranquila, no hay video —guiño el ojo y voy nuevamente a las duchas.

Pruebo el shampoo en las puntas de mi cabello y pasan los minutos y no pasa nada así que me lo pongo en todo el cabello.

Una vez que me doy todo el baño me miro por el espejo, todo sigue igual, suspiro.

Solo hay unas tres chicas que no conozco, Valentina y Candelaria ya se han ido, otro día les devolveré lo que me prestaron.

Salgo del baño y mi guardaespaldas número dos me esperaba seria.

—No puedes tardar tanto, ni siquiera había muchas chicas dentro —me dice ella con una voz fría.

—Tuve unos inconvenientes.

—¿Que tipo de inconvenientes? —ni siquiera me mira para hablar, pero le resto importancia a eso.

—Unas chicas le pintaron el cabello a mi amiga y por poco a mí —entramos en el ascensor.