Amigos Con Beneficios ☆

¡Entiende que no pueden estar juntos! ¡No funcionarían!

Maratón 1/3

•Capítulo 50•

Karol

Tragame tierra y escupeme en un lugar en dónde no Ruggero no se vea tan hermoso bailando mientras luces de colores lo alumbran.

-Estás perdida -caro se recuesta sobre mi hombro bruscamente.

-Tú lo estás, ¿qué tienes? -ella me mira y se ríe mientras intenta mantenerse en pié pero tambalea t se prende de mi brazo.
-¿Qué bebiste? -la tomo de los hombros.

-¿El trago rojo que está circulando por ahí? No se lo digas a nadie, es secreto -ríe torpemente.

-Caro, no sabes que podía tener dentro -el alcohol no estaba permitido, supongo que eso de meter cosas prohibidas ya es una costumbre y nunca nadie se entera, o si se enteran no toman medidas.

-No importa, bailemos -me toma de las manos y camina con dificultad hacia la pista que se armó.

-No, no, no, ven -Carolina no podía estar parada así que la llevo hasta las pocas sillas que quedan.

-Ey, Mowgli, ven a bailar -Ruggero me estira del brazo mientras sonríe y también camina algo raro.

Mierda, él también.

-Rugge, estás ebrio -con razón estaba bailando tanto en el centro de todos.

-Nah, un poco -ríe y tropieza con alguien -Este se tomó todo el vaso y casi no me dejó nada.

-¡Chicos!

Ah, carajo.

Bufo -Santy, tú también, genial.

-Ese vestido que traes me está dejando loco princesa -Santiago camina hacia mí con una sonrisa en sus labios.

-Ey, ey, ey, alto -Ruggero lo detiene
-Ella es mí princesa -acaricia mi rostro y sus ojos bajan a mis labios.

Este día es interminable.

-No soy de nadie ¿ok? -agarro a ambos de los brazos -Vengan conmigo -los llevo a donde se supone que debería estar Carolina, pero no, se ha ido.

Comienzo a mirar por todos lados para encontrarla antes de que haga algo que pueda arrepentirse luego.

Camino por todo el salón de la mano de estos dos chicos que no dejan de pelearse mientras voy en busca de mi amiga perdida y borracha, soy como una niñera, que divertido.

-¡Carolina! -le suelto a ellos y la agarro a ella con un vaso en sus manos. Era ese bendito trago rojo.

Lo huelo y casi puedo embriagarme con su olor, no tengo idea de que sea eso pero me lo llevo, no puedo dejar que la gentes siga tomando de esa forma, igual seguro hay más de donde vino esto.

-¡No, el vaso, chica! -me gritan pero yo corro al baño con Caro, ella casi se cae unas tres veces pero resistió.

Tiro todo el líquido y corro otra vez en busca de Ruggero y Santiago.

Veo que hay una ronda de gente y pienso que están ahí bailando, pero no, se golpean uno al otro mientras se gritan cosas.

-¡Entiende que no pueden estar juntos! ¡No funcionarían! -grita Ruggero y recibe un golpe de Santiago en la boca haciendo que algo de sangre salga de ella.

Corro a ellos otra vez sin soltar a mi amiga.

-Suficiente -los separo y por suerte están tan borrachos que no tienen ganas de pelear.