Te ves horriblemente mal

608 45 4
                                    

•Capítulo 55•

Karol

Semifinales, no lo puedo creer lo rápido que pasó, este es el ante último partido y se sienten los nervios. La gente alienta por su favorito cantando algunas canciones efusivamente. Mis nervios aumentan cada vez más, cada paso que doy siento a mi corazón más cerca de salir.

—¡Si podemos! —gritan todas. Yo solo sonrío. Estoy demasiado nerviosa como para hacer algo más, sumando que en serio me gustaría estar como capitana ahora, era mi sueño, mi maldito sueño arruinado por amor.

—Pensé que estar en las semifinales te haría más feliz —llega Carolina a mi lado tomando un poco de agua.

Suspiro y miro la inmensa cancha frente a mis ojos  —Te imaginas dirigir a tu equipo aquí, era mi
sueño —no iba a llorar, creía que era algo exagerado, tendría otros partidos quizá, podría jugar en equipos importantes, o tal vez esa oportunidad no se cuando se vaya de Argentina.

—Si pasamos a la final la vas a dirigir vos.

—¿Eh?

—Karol, no voy a dejar que te vayas sin haber dirigido un equipo, pero vas a tener que hacer un esfuerzo por ganar hoy —sentí como si las esperanzas volvían a mi cuerpo.

No sabía como, pero algo me hace creer que Carolina lo puede lograr.

Arrebato ma botella de agua de sus manos y bebo solo un sorbo, ella niega entre risas.

Luego de juntar nuestras manos y gritar una y otra vez por nuestro equipo salimos a la cancha siendo recibidas por miles de aplausos y silbidos. Suspiro y arreglo mi cabello.

Si se puede.

Pases, corridas, saltos, atajadas, empujones, caídas, mas pases.

El partido iba empatado, vaya que estaba siendo difícil, ellas eran de un nivel bastante alto y se notaba la preparación, tenían personalidad de equipo, se conocían entre ellas, conocían sus virtudes y sabían aprovecharlas.

Por fin me llega la pelota, corro con ella como si fuera lo último que llegaría hacer. Mientras corro observo a quién puedo pasar pero no hay nadie, todas atrás, solo Carolina queda en la otra punta, hacer un pase hasta allá sería arriesgado, demasiado, tendría que patear al arco. Esta era la primera llegada al arco contrario, y podía ser una de las únicas por lo tanto debía aprovechar que estaba casi sola, tenía que patear.

Mi corazón palpitaba a mil por hora, miro a mi alrededor rápidamente, planeo mis movimientos, miro el arco y pateo.

Quise seguir con mi mirada a la pelota pero un fuerte golpe llega a mis piernas obligándome a caer duro contra el pasto dejando un fuerte dolor en mi espalda. La gente grita festejando ¿entonces fue gol?

Cada vez su mirada se veía más borrosa y todo el barullo se oía muy lejano.

—Ey, ey, ey —sus compañeras llegaron y comenzaron a tirar el agua fría en su cara. Al sentir eso Karol abrió un poco sus ojos.

—Mi espalda —es lo único que pude decir. Los médicos corrieron hasta mi y comenzaron a revisarme.

—Vamos a enfermería, no puedes continuar el partido —mis compañeras mi miraban tristes.

Amigos Con Beneficios ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora