TWENTY TWO

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-Muy bien Ruby, ¿qué pasó en la escuela?

La pequeña frunció el ceño.

-Esa niña me quería quitar mi sándwich y se burló de mí.

-¿Se burlaron de ti? ¿Qué te dijeron? ¿Te hicieron algo?

Bruno comenzaba a molestarse.

-Se burló de mi mochila, dijo que tenía dibujos feos y yo solo le di un empujoncito.

Bruno suspiró.

-Ruby, no estuvo bien lo que hiciste, si te molestan dile a algún profesor que esté cerca ¿si?

-¡Pero ella me quería quitar mi comida!

-Lo sé hija, pero ninguna hizo bien, si la niña te vuelve a molestar le dices a tu profesora o a mi.

-Bueno... -dijo la pequeña con un puchero.

-¿Estás bien?

-Sí, no me dejaron tarea y entregué mis trabajos a tiempo.

Dijo la niña olvidando la pequeña discusión, poniéndose alegre.

-¡Genial! Yo ya no iré a trabajar hasta mañana.

A Ruby, se le iluminaron los ojos al oír eso y se alegro.

-¿Podemos ir a pasear, papá?

-Claro, ¿a dónde te gustaría ir?

-Mm... ¡A la juguetería y después por un helado y, y luego...!

-Tranquila, Ruby sólo será una cosa. O el juguete o un helado.

-¿No se pueden los dos?

Bruno negó, sonriendo levemente.

-¿Por qué?

-Por que, agh, está bien iremos por las dos cosas, solo por que hoy tenemos que pasarla bien juntos.

La pequeño comenzó a hacer un tipo de festejo, que a Bruno le pareció muy gracioso.

••

-¡Mira papá, esa muñeca está muy bonita!

-Ruby, ya van como once muñecas que ves y todas te parecen bonitas... ¿Ya sabes cuál llevar?

-No... -dijo en voz baja.

-Mira, puedes llevar ésta, la puedes peinar y trae algunas prendas que... -Bruno quitó la vista del empaque de la muñeca y volteó a donde debería de estar la niña- ¿Ruby?

Dejó la muñeca en su lugar y comenzó a recorrer la juguetería, con su corazón a toda velocidad y nervios comenzó a buscarla. Estaba a punto de derramar lágrimas de desesperación hasta que la encontró viendo a otra muñeca. Pueden llamarlo exagerado, pero en serio se moriría si la niña desapareciera.

Se acercó a ella, soltando todo el aire retenido.

-Ruby, ¿qué te he dicho que alejarte de mí?

-Perdón, papá, es que vi a ésta muñeca y me gustó mucho. ¿Puedo llevarla?

Bruno suspiró cerrando sus ojos, para después asentir. Insistió en cargar a la muñeca pero Ruby se negó, y él dejó que ésta la llevara. El antes mencionado iba tan distraído que no se percató de la chica delante suyo, ocasionando que chocaran y a ella se le cayeran las pequeñas cajas de juguetes que llevaba.

-¡Perdón, no me fije! -se agachó y comenzó a recogerlos, acción que la chica imitó.

-No te preocupes -dijo aquella voz femenina riendo levemente.

Esa voz... Bruno la reconoció al instante y alzó la vista, encontrándose a esa chica que le parecía muy linda.

-¿________? ¡Que vergüenza! Perdón iba pensando en otra cosa y...

-No, no importa está bien a todos nos pasa -sonrió.

Que hermosa sonrisa -pensó él.

-¿Papá? Ya quiero abrir la muñeca.

-Perdón, hija. ¡Mira! Aquí está tu profesora.

-Hola -respondió la niña con una leve sonrisa.

-Hola, Ruby ¿qué tal?

-Todo bien, ¿y usted?

-Muy bien, gracias.

-Bueno, fue un gusto habernos encontrado, n-nos vemos. -mencionó el chico sonriendo tímido.

-Hasta luego -respondió ella de la misma manera.

••

-Papá...

-¿Si?

-¿Te gusta mi maestra?

Bruno sorprendido por la pregunta, comenzó a toser ya que se había ahogado con el helado.

-¿Qué pregunta es esa?

-¿Si o no?

-¿Por qué lo preguntas?

-¡Es un si! A papá le gusta mi maestra -dijo la pequeña como si estuviera cantando burlándose.

-Shh... Ruby.

-Le voy a decir.

-No, no digas nada, ni siquiera me gusta.

Ruby hizo un puchero.

-Yo creí que si... Iba a decirle, pensé que por fin tendría una mamá.

-Hey, Ruby, tranquila.

-¡Yo quería que mi maestra te gustara!

-¿Por qué?

-Por que se ven muy bonitos juntos...

-Por dios, Ruby tienes seis años ¿quién te habló de todo eso?

-Nadie...

-Ruby...

-Fue tío Phil.

-Lo sabía, tranquila Ruby, tal vez algo bueno llega pronto.

••

-Descansa -susurró.

Bruno salió de la habitación de su hija, se fue a ponerse su pijama y después acostarse, puso sus brazos detrás de su cabeza y se puso a pensar.

________, ¿en realidad le gustaba?

La respuesta era un simple sí.

Y es que más allá de su físico, lo que la hace preciosa y hermosa, es su amabilidad hacia los demás, su tranquila personalidad y la linda sonrisa que llevaba dibujada en su rostro casi todo el tiempo.

Y sin más cayó en un profundo sueño, después de haber disfrutado de un maravilloso día junto a su hija.

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Surprise! (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora