Capítulo 31: Solo una niña pequeña

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   —Dirás que vas a contármelo, ¿cómo vas a mostrármelo?

—Voy a hacer que puedas ver mis recuerdos y que entres dentro de ellos. Es uno de los dones que tengo como nefilim.

—¿Y eso cómo se hace? —pregunto con curiosidad y a la vez con cautela.

Ella avanza hacia mí hasta estar justo en frente, y me hace un gesto para que me agache.

Respiro hondo, una, dos, tres veces. Me agacho y la miro directamente a los ojos frente a frente, a su altura.

—Adelante —le invito a continuar.

Eleanor alza sus manos y las pone en mi frente, mirándome fijamente. Nos quedamos así durante un rato sin movernos ni decir nada, y comienzo a captar algo, una sensación mareante. Entonces, todo comienza dar vueltas a mí alrededor y a desvanecerse. Me contengo para no gritar ni salir corriendo de allí y permanezco quieta mientras en mundo desaparece, incluida Eleanor.

Siento que me caigo al suelo, me apoyo en este para no caerme, y el paisaje que hay a mi alrededor cambia.

Estoy en medio de una calle, de lo que parece ser una ciudad. Todas las casas son bajas, de no más de dos plantas. No tienen pinta de ser casas modernas. Hoy hace un día muy nublado, todo el cielo está gris, cubierto de nubes.

Pero hay algo en este lugar que... me suena, me suena mucho.

¡Espera! Pero si es... ¿no se parece a ese pueblo fantasma que vi en el Otro Mundo? Con la diferencia de que no parece tan sucio ni abandonado, ¿qué...?

<<Eso es porque ese lugar que viste en el Otro Mundo es una visión de esta realidad creada por mis propios recuerdos>>

Me sobresalto al oír la voz de Eleanor. Ella no está en ninguna parte que pueda captar mi visión, seguramente me esté hablando fuera de esa visión y a pesar de ello yo puedo oír lo que dice aunque me encuentre dentro de la visión de sus recuerdos.

—¿Una visión de tu realidad? Pero ¿qué lugar es éste?

<<Es el lugar donde nací y viví en vida. Un pequeño pueblo poco conocido, en Inglaterra. Estamos en el año 1940>>

1940... ¿en esa época aquí no era la...? Oh, Dios mío, no.

—¡¿Me has mandado a la II Guerra Mundial?!

<<Tranquila. No te pasará nada, al fin y al cabo lo que estás viendo es una proyección de mis recuerdos. Nada de lo que ocurra podría hacerte daño.>>

Respiro hondo. Hecho un vistazo atrás. Camino por una calle, desierta y silenciosa. Entonces oigo unas voces de niños que proceden de la calle contigua, y entre ellas, a alguien llorando.

Voy hacia allí, veo que hay un grupo de niños, de entre seis y diez años. Están gritándole a alguien. Me acerco un poco, y veo que están abucheando a una niña pequeña.

—¡Lárgate, bruja! —grita uno de los niños, lanzándole algo a la niña que está llorando, que permanece asustada tapándose la cara.

Veo que lo que le ha lanzado es una piedra ¡una piedra! Le da en el hombro a la chica gime de dolor. Se aparta un poco las manos de la cara, mirándoles. Es Eleanor.

—¡Dejadme en paz! —pide ella entre lloros.

El grupo de niños siguen pinchándola de forma ruin y rastrera.

Dos velas para el diablo 2: Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora