Capítulo 41: En tres frentes de batalla

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Parte 1 – Los Aliados - Otro Mundo – Donde brilla la Luz entre las Sombras


—Entrégame tu espada, Cat —me ordena Seth.

Apenas le escucho, como apenas escucho lo que Angelo le está gritando en demoníaco. No puede ser verdad, Seth no puede estar traicionándonos. Y sin embargo, es sin duda alguna su espada la que apunta a mi pecho.

—Chica, hazle caso, vente con nosotros y dejaremos a tu querido demonio en paz —me dice Ivannis con una dulzura fingida. Sé que miente, pero no hay nada que pueda hacer yo contra ellos.

La mirada de Seth es insistente. Alarga la mano hacia mí y se acerca un poco, bajando la espada. Yo le dedico una expresión de desprecio. Desenfundo mi arma.

—Al suelo —me indica Seth.

No sé si se refiere a mí o a la espada. Por si acaso hago las dos cosas. Me siento de rodillas, dejo la espada en el suelo y levanto las manos.

Seth se agacha lentamente, justo a mi lado. En un rápido y sutil movimiento, noto que Seth mueve algo en el suelo al recoger mi espada, y algo fino me roza los dedos.

—Corre —me susurra Seth muy bajito. Cruzamos una breve pero intenta mirada.

Agarro aquello que me ha dado, y en unos movimientos tan veloces que ni los demonios lo ven venir, con la misma mano con la que sujeta mi espada, se saca una daga que llevaba oculta bajo la chaqueta y se la lanza a Daemon. Le da de lleno en el antebrazo, arrancándole un grito y haciendo que suelte a Angelo, mi demonio se escapa y Seth se lanza hacia ellos, le arrebata el arco y hace volar una flecha de las manos de Ivannus en un solo gesto, y enarbolando las dos espadas, se pone a luchar con ambos demonios a la vez, con una fiereza y una habilidad y velocidad que me dejan pasmada y que jamás había visto en ningún ángel ni demonio. Angelo se lanza a coger su espada y me grita que corra.

Mi cuerpo consigue reaccionar.

Escapo justo a tiempo de los brazos de un demonio que salta en mi dirección, pero es frenado por Angelo, y me interno en el bosque, corriendo con todas mis fuerzas.

Me araño los vaqueros, las manos y las mejillas con las ramas de la maleza y en la oscuridad, salto como puedo con las raíces de los árboles que noto a mi paso. Mantengo agarrada en todo momento la flecha negra que Seth me ha dado, la que lanzó Ivannus antes y cayó a mi lado sin darnos cuenta.

Escucho que algo que mueve a mis espaldas, pasos que van cada vez más rápido, más cerca. Distingo una sombra moviéndose a mi derecha en la oscuridad. Son ellos. Dos demonios, o tal vez tres.

Sigo corriendo aunque me duela el costado, sabiendo que por mucho que quiera no podré ser más rápida que ellos.

Algo me hace tropezar y me caigo de lleno en el suelo, dándome en la frente con una raíz sobresaliente bastante gorda, gimo y me mareo. Me giro agitando el brazo a ciegas, en cuanto siento una sombra abalanzándose sobre mí, hago un movimiento de cadera e impulso una pierna hacia arriba, consigo asestarle una patada a uno de los demonios, pero en cuanto voy a ponerme de pie, el otro me agarra y me tira al suelo, apuntándome con su espada, y el que pataleé no tarda nada en recuperarse y hacerlo también.

Dos velas para el diablo 2: Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora