Parte 1 – Cat y Angelo
Las puertas de madera que están detrás revientan en pedazos y vemos entrar una enorme bestia de pelaje negro, con tres cabezas, ojos amarillos, garras afiladas como cuchillas y unos dientes igual de afilados, del mismo tono ónice fluido que las espadas demoníacas. La bestia ruge y de sus fauces escapa humo, aliento fétido y un calor ardiente.
Angelo y yo retrocedemos unos pasos.
—¡No seáis tímidos! Acercaos y acariciadlo —dice Semyaza como si estuviera en un zoo—. Aahh Cerbero es una bestia sagrada magnífica, probablemente la última que queda. Espero que sepáis apreciar el valor de este majestuoso regalo.
—Por mí puedes quedártelo —sisea Angelo con odio.
—Qué malos sois con el pobre perrito, ¡pero si solo quiere amor! Os dejo un rato a solas para que juguéis, seguro que al final le cogéis cariño, eso si no os arranca la cabeza antes, claro —el demonio se ríe y agita una mano en gesto de despedida—. Ciao parejita, ya nos veremos... o no.
Después de decir eso, se sacude una mano con otra, con palmas, como si estuviera sacudiendo el polvo, sonríe burlonamente mientras se quita el sombrero, hace una reverencia, y desaparece.
La bestia se lanza contra nosotros. No me da tiempo ni a gritar. Angelo me aparta a un lado de un empujón y salta hacia atrás justo antes de que perro cierre las fauces en un mordisco de su cabeza central. Caigo a unos metros a un lado en el suelo y me incorporo como puedo. Su cabeza izquierda se fija en mí y me gruñe, mostrando los dientes. No eran imaginaciones mías, realmente parecen estar hechos del mismo material que las espadas demoníacas, al igual que sus garras.
—¡Corre Cat, escóndete! —me grita Angelo.
El gigantesco perro tricéfalo me ruge y cuando comienza a correr hacia mí, Angelo, en un movimiento veloz como un relámpago, le hace un corte en una pata. En el suelo cae un charco de sangre junto a un dedo peludo con una uña tan grande como una persona entera; la bestia lanza un aullido lastimero y se tambalea hacia atrás, su larga cola da un latigazo en el aire y roza la jaula donde está mi hermano. Grito al ver cómo la jaula se tambalea de un lado a otro, pero no se cae y mi hermano no parece haber sufrido daño alguno.
Las tres cabezas de Cerbero se vuelven hacia Angelo, y sus rostros aumentan su expresión de furia, arrugando el hocico y gruñendo otra vez más fuerte. El demonio sonríe con satisfacción con la espada llena de sangre de la bestia, y los dos se enfrentan.
Me alejo, pero no puedo limitarme a esconderme. A pesar del riesgo que pueda correr, tengo que subir hasta la jaula y sacar a mi hermano de ahí, llevarlo fuera de esta sala. Tengo miedo de que esa bestia pueda saltar en cualquier momento y pegarle un mordisco o tirar por los aires la jaula de un fuerte latigazo con la cola, en medio del combate.
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Dos velas para el diablo 2: Alfa y Omega
FantasyCuando Cat asiste al secuestro de su hermano Dari y otros Hijos del Equilibrio, por un misterioso grupo de demonios llamados Los Vigilantes, toma la decisión de embarcarse en su búsqueda para encontrarlos. Por el camino irá enfrentándose a peligros...