Capítulo 39: Vida

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Angelo desenfunda la espada al mismo tiempo que Seth. Eleanor pega un grito y el ángel se interpone delante de ella, protegiéndola.

—Esperad, no le hagáis daño.

—¡Intentó matarnos! —exclamo estupefacta—. ¿Por qué la defiendes?

—A pesar de sus poderes, Eleanor sigue siendo una niña humana, no es más que una víctima de todo esto. Tiene miedo, los Vigilantes la manipularon y le lavaron el cerebro. Piensa en tu hermano, él podría estar en el lugar de ella, ¿qué harías si eso ocurriese? ¿No intentarías ayudarlo?

No se me ocurre qué responderle.

—Que sea una cría humana no lo justifica todo —dice Angelo—. Ese proyecto de futura psicópata ha estado a punto de matar a Cat. ¿No eras tú el que quería mantenerla con vida?

—Lo siento —murmura Eleanor, escondida detrás de Seth. Y se pone a llorar—. Tenía que hacerlo... me dijeron que lo hiciera... tenía que recuperar sus vidas anteriores...

—Espera, ¿Belcebú te dijo que tenías que hacerme recordar mis vidas pasadas? —le pregunto—. ¿Para qué?

—No, mi padre no —Eleanor sorbe por la nariz y se limpia algunas lágrimas de la carita—. Fue un ángel.

Angelo, Seth y yo, la observamos con la misma cara de sorpresa.

—¿Un ángel? ¿Te refieres a Selenia? —pregunta Seth.

—No, era un ángel que decía que conocía a Selenia. Se llama Itzel, me la encontré en la Tierra hace unas semanas.

—¿Quién es Itzel? —pregunta Angelo—. No me suena de nada ese nombre.

—Yo tampoco lo había oído nunca —dice Seth, extrañado, tras reflexionar unos segundos.

—Itzel es un ángel que sabe muuuchas cosas —dice Eleanor—. Conocía a Cat y sus vidas anteriores. Ella tiene poderes relacionados con la mente y los recuerdos.

—¿Dónde está ese ángel? —pregunta Angelo, desconfiado.

—La vi en una ciudad de la India, pero luego se marchó a otro sitio.

—Eleanor, ¿por qué no me has contado eso antes? —le reprende el ángel.

—Me dijo que no se lo dijera a nadie. Era un secreto. ¡Ups! Y yo lo he dicho sin querer, oh-oooh.... —se tapa la boca con una mano y desvía la vista.

—Genial, otro problema más —resopla Angelo, y se vuelve hacia mí—. ¿Tú sabías algo de todo esto?

—No conozco a ninguna Itzel —murmuro tras unos instantes de reflexión—. A mi hubo una ocasión en la que me borraron algunos recuerdos, pero esa fue Remeiel. A no ser... ¡un momento! ¡El ángel que habló con Semyaza!

Dos velas para el diablo 2: Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora