Una blancura luminiscente con halos argénteos me envuelve por completo.
Dentro del silencio, un único acorde sonoro de infinita armonía comienza a alzarse.
Me siento ligera, demasiado ligera. Estoy asustada, no puedo tocar nada, no me veo a mí misma. No puedo estar muerta otra vez como en mi vida anterior, todavía me queda mucha vida por delante. Ni si quiera he podido despedirme de nadie. ¿Y ahora qué? ¿Soy un fantasma en el mundo de los vivos? ¿Me he reencarnado? ¿O estoy en una especie de cielo idílico?
Entre toda la blancura distingo otra luz más fuerte y lejana, algo que está arriba, una estrella dorada. ¿Es el sol? Entre los contornos blancos del suelo se muestra un prado, diferentes flores brotan de él, veo contornos de árboles frondosos entre la neblina. Escucho el sonido del agua. A lo lejos hay una cascada fluyendo entre rocas y un riachuelo. Más cerca hay otro lago, uno de aguas tranquilas, con flores de loto entre nenúfares.
El sonido del viento entre los árboles, el piar de los pájaros, fragancias exquisitas de distintas flores y árboles frutales... ¿Qué es este lugar?
<<Estás muerta y tu alma se encuentra encerrada en el Limbo.>>
Esa voz suena como un eco celestial. No logro averiguar de dónde proviene.
<<No... eso no puede ser, ni hablar. —proyecto la voz de mi alma con todas mis fuerzas, mi dolor. Niego una y otra vez—. No puedo estar muerta. ¿Por qué está pasando esto? ¿Quién eres tú?>>
<<Espera, déjame que adquiera una forma humana para que puedas verme.>>
Ante mí aparece un joven hombre de entre mediados de veinte y treinta años, vestido con una túnica gris clara y sandalias. Tiene el rostro ovalado, piel bronceada, el pelo ondulado y castaño, y sus ojos son de color oro viejo.
<<¡¿Eres yo en otra vida?!>>
El joven se queda con los ojos como platos, después se ríe.
—No, Caterina, pero en una de tus vidas tú y yo fuimos muy cercanos. Dame un momento —añade antes de que pueda hablar—, te voy a ofrecer una forma más cercana a tu yo físico para que podamos conversar mejor, los gritos fantasmales pueden ser un poco molestos, no te ofendas.
De pronto noto un peso en mí que se va volviendo mayor, algo tira de mí hacia abajo, hasta posarme en el prado y poco a poco la luz que me envuelve se va disolviendo y vuelvo a recuperar una apariencia como la que tenía estando viva, aunque ésta es un poco translúcida.
—Vale... gracias —me llevo una mano a la garganta, confusa pero agradecida por haber recuperado mi voz—. Y ahora explícame quién eres exactamente y qué hago yo aquí. ¿Eres un ángel?
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Dos velas para el diablo 2: Alfa y Omega
FantasíaCuando Cat asiste al secuestro de su hermano Dari y otros Hijos del Equilibrio, por un misterioso grupo de demonios llamados Los Vigilantes, toma la decisión de embarcarse en su búsqueda para encontrarlos. Por el camino irá enfrentándose a peligros...