10. Besos de Plata

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En medio de la oscuridad lo único que puedo escuchar es la respiración de Hae durmiendo a mi lado. Hace rato que estoy despierto y la cabeza me dá vueltas. Una canción me está rondando en la cabeza, es tu voz Soo. ¿Será tu manera de despedirte de mí? Probablemente.

Comenzó como una leve tonada y conforme transcurrió la noche pude percibirte claramente. Estás aquí, como una suave brisa, posando tu mano sobre nuestras cabezas. La gente no cree en espíritus hasta que uno te visita, sobre todo si le pertenece a alguien que amaste con todas tus ganas.

Me enseñaste el primer amor es más hermoso, el más puro, pero puede no ser el último. Me enseñaste a superarla, a dejarla ir. Curaste mi corazón con tus consejos, tranquilizabas mi mente con esa canción que siempre tarareabas, cuando acariciabas mi cabeza mientras lloraba, lo hacías para evitar mi vergüenza por hacerlo frente a tí. ¿Cuántas veces? perdí la cuenta... siempre que necesité un refugio tu casa estuvo abierta, tu regazo estuvo disponible a mis lágrimas. ¿Qué voy a hacer ahora Soo? ¿A quien le podré llamar de madrugada para hablar por horas enteras? ¿A quién le enviaré chocolates blancos y rosas moradas cada San Valentín si no es a tí?

Todos estos años guardé silencio. Hoy viendo a Wookie destrozado aferrándose a tu hija como si lo hiciera contigo, me hace sentir culpable por ocultarle que seguíamos en contacto. ¿Debería decírselo? ¿Debería contarle que Shindong, Teuk, Hae y yo nunca dejamos de cuidarte a la distancia? ¿Es lo que deseas y por eso estás cantándome entre sueños? ¿Qué necesitas Soo? ¿Qué necesitas hagamos para dejarte descansar en paz?

Susurro mientras acaricio la cabeza de Hae, sé que nadie puede escucharme, sólo tú: «Mi deseo, mi amor dentro de mis sueños... me siento asustado, incluso me tiemblan las manos hata que te encuentro, déjalo al corazón, sólo quiero sostener la luna»

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Ese día llegué tarde, algo que normalmente no me sucede. El tráfico fué imposible y el estómago me gruñía de hambre. Acompañar a Yesung en el desayuno siempre es mala idea, come menos que una señorita a dieta y eso es decir demasiado. La mala manía que tiene de cási desaparecer golpea mi estómago siempre que nos dejan juntos. Al menos la maestra no seguía los acuerdos del grupo, de haber sido así me habrían impuesto un castigo nada amable.

Por un momento consideré parar por un ramen en alguno de los puestos callejeros, me detuve recordando que llevaba una hora enviándole mensajes de «ya estoy cerca». Con todo y mi hambre tenía que presentarme a clase, no podía darme el lujo que los demás se enteraran de mi impuntualidad. Heechul sería el primero en desquitarse de mí, eran cuentas pendientes desde la ocasión donde casi borra su instagram por segunda vez.

Nadamás tocar la puerta un sutil aroma inundó mis fosas nasales. Salivé como si en verdad jamás hubiese comido nada en la vida. No era un alimento que me fuera conocido, eso alteró mi curiosidad y ni siquiera reparé en la puerta abierta. Al ser sus únicos visitantes, poco a poco ese hábito fue común al grado tal, que cuando estaba cerrada, pensábamos algo malo había ocurrido.

Entré llamándola, no fuera a regalarme un escobazo igual que a Shindong. Estaba en la cocineta tarareando una canción que no era nuestra.

- Eish... - chasqueé los dientes - ésta ahjumma traidora... cantando canciones de otros..

Lo dije lo suficientemente alto pero también lo suficientemente alejado de la barra, no me fuera a aventar una olla, con esa mujer no se sabía. Volteó un poco sorprendida y comenzó a reír.

- Te pesqué mujer infiel - dije dirigiéndole la mejor de mis sonrisas - eres nuestra - lo afirmé mientras la miraba a los ojos recargado en la barra

- Ya sé qué siente Hae cuando le haces esto - medio pronunció, casi ahogándose entre carcajadas.

- Eishhhh... que no somos pareja - bajé la cabeza apenado y entre risas

- Ya lo sé. Pude platicar lo suficiente con Hae como para darme cuenta de eso. Pero aquí entre nos... eso va a romper muchos corazones - dijo guiñándome coquetamente un ojo - si lo fueran, nosotras seríamos MUY felices.

Dicho eso, más bien, habiendo recalcado y subrayado éso, me invitó a sentar. Sirvió un platón humeante de algo que jamás había visto.

- Se llama mole. Es un plato típico de mi país. Mi mamá lo hacía en cada cumpleaños.

Su mirada se tornó triste. Sabía que se sentía sola. ¿Cómo no sentirse así? en un país completamente extraño, sin ningún conocido. Al otro lado del mundo. Eso me hacía apreciar aún más el plato frente a mí, ya que era su forma de estar al lado de su familia, su país y su gente.

- ¿Es tu cumpleaños noona?

- No. Ayer acompañé a Teukie por su despensa. Fuimos a un mercado de comidas exóticas y lo ví... No sabe igual que el de mamá, pero quedó muy rico, pruébalo

Simplemente no pude rechazarla.

- ¿Esto es pollo?

- Sí. Y ésto es arroz rojo, así se come en latinoamérica

- Vaya noona... ¡Esto está muy rico! no sabía que podías cocinar

Arqueó la ceja derecha. Veía venir un golpe.

- ¡Oye... las chicas latinas también tenemos nuestros encantos!

- Nunca lo he dudado. Es una lástima que seas más grande que yo, quizás intentaría conquistarte.

Su carcajada sonó como por tres cuadras. Fue una buena tarde. Donghae tenía razón al decirme que aprender con ella era divertido. Sus métodos de enseñanza parecían diseñados para cada uno de nosotros. Quizá no era tan descabellado, era una ELF, nos conocía bastante y para ella no era un trabajo, era un sueño hecho realidad.

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Aquella noche se quedó grabada en mi mente, nunca había aprendido un idioma mientras comía. Después de esa época, cada vez que llego a un restaurante mexicano pido mole e inevitablemente pienso en Soo. A mi mente llegan sus risas, su voz, pero por encima de todo, llega el olor de sus manos acariciando mi rostro mientras cantaba «Hold the Moon»

Todo está en penumbras. Mantengo fija mi mirada en ese ataúd. ¿Qué espero? El aire enfría mis mejillas, como si tu mano me acariciara nuevamente porque las lágrimas están cayendo por mi rostro, una voz llega a mí desde la sombra, sé que estás ahí: «tu deseo, tu amor es importante, no tengas miedo... ambos estamos avanzando juntos... extendiendo las alas ya... tus lágrimas están cayendo por las respuestas perdidas en la oscuridad, no tengas miedo de nada, yo iré por tí, HyukJae» Respiro profundo, cierro los ojos... gracias Soo.

NOTA AL CALCE: LA CANCIÓN A LA QUE HACE REFERENCIA ESTE CAPÍTULO ES "HOLD THE MOON" DE FT ISLAND.

La Maestra de EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora