La Maestra de Español

22. Strike Two

Siwon no pudo conciliar el sueño durante una semana entera. Acudía al gimnasio puntualmente todos los días y no perdía oportunidad para acercarse a Soo, ya fuera para ayudarle en la caminadora, proporcionarle agua, una toalla o simplemente hacerla reír. Kangin observaba en silencio, sabía hervía de celos cada vez que le rozaba la espalda con la mano, deteniéndose en su cadera y lo hacía a propósito. Quería que estallara.

Después de la última tarde Kangin y ella no habían vuelto a estar a solas, por angas o mangas siempre había alguien en el departamento o cerca obstaculizándolos. Eso no había impedido que de vez en vez la arrinconara silenciosamente en alguna parte del departamento o del gimnasio para una frenética sesión de contacto cuerpo a cuerpo.

- Tenemos una plática pendiente – le dijo en el oído mientras pasaba las manos por todo su cuerpo

- Lo sé... - contestó con un beso ahogado - ¿Estos son tus términos y condiciones de discusión?

- Vete acostumbrando... justo así resolveré TODOS mis problemas contigo...

- Creo que seré muy pero muy mala de aquí en adelante- respondió mientras mordía su labio y él la repegaba a su cuerpo.

- Eso espero... realmente lo espero.

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- En verdad en lugar de dulces debí traerle un cinturón de castidad y tragarme la llave.

Siwon se preguntaba ¿Cómo podría acercarse a Soo de verdad? Era obvio que su atención estaba centrada en Kangin. Ni siquiera volteaba a mirarlo, no lo hizo ni cuando se quitó la camisa al bajar de la caminadora dejándole ver sus trabajados abdominales. Esa técnica jamás le había fallado... hasta hoy.

- ¿Se puede saber qué demonios intentas hacer con Soo?

La voz de Kangin a su espalda lo sacó de sus pensamientos.

- Yo debiera preguntarte lo mismo ¿No te parece?

Kangin chasqueó la boca con enojo marcado.

- No creo que deba explicarte eso a tí

- Lo mismo opino, sobre todo porque de entre todos, tú eres quien menos puede ofrecerle algo ¿Lo olvidaste?

Siwon dudó por un momento, ese pequeño detalle que había obviado deliberadamente salía a la luz.

- ¿Por qué estás tan seguro que no puedo?

Kangin suspiró con algo de fastidio mirándolo de lado

- Podría darte mil razones, pero sabes bien que no está en tus manos. Déjala.

- Lo siento GinGin, no puedo... mejor dicho, no quiero.

- MaSi, no es un capricho, no es un cachorro...

- Lo mismo digo para tí GinGin

Sí, ambos los sabían. Estaban en la cuerda floja, intentando llegar al otro lado sin caer, la pregunta es ¿Quién de los dos lo lograría?

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- ¡¿Qué hiciste qué?! Hyung ¡Te dije que le dieras un beso no que te la cogieras!

Yesung enojado era mal hablado, una característica suya muy marcada. Cualquiera que lo hubiera escuchado se reiría, pero no Kangin. Ese reclamo fué como una cachetada, él sabía que estaba mal, de hecho había intentado con todas sus fuerzas evitarlo, simplemente cuando pones una ola y la juntas con los riscos el golpe es inevitable, lo mismo para Soo y él, una cosa había llevado a la otra.

- Eish... había olvidado lo vulgar que puedes ser a veces

- GinGin... no sé en qué estaba pensando cuando te sugerí el contacto físico... sobre todo cuando sé lo animal que realmente llegas a ser