45. Blue Velvet

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La casa estaba en silencio, la noche era tibia y tranquila, algo inusual para esa época en Corea. Apagó el humidificador y el leve olor a cítricos desapareció. Ryeowook siempre perfumaba con lavanda, pero a Soo ese tipo de olores le resultaban demasiado dulzones. Aún le costaba mantenerse en pie, poco a poco el dolor había cedido conforme pasaban los días, algo que no lo tenía contento, ya que también significaba el fin de su tiempo con ella, al menos al que ya se había acostumbrado.

Se dejó caer en el sillón y mientras se hundía en su mullido asiento, abrió el pequeño envoltorio que Yesung le había llevado, era una hermosa ajorca de oro blanco con dos piedras azules, no sabía si eran zafiros o circonias, al revisarla por la parte trasera tenía una inscripción en coreano «quédate». Una única frase, una sola petición que englobaba todo su ser, su sentir. La apresó entre sus manos, el problema era ¿Cómo dársela?

Kyuhyun había dejado un sobre sobre la mesilla del antecomedor con el nombre del eternal maknae en su remitente. Era una partitura de piano: «Don't go away», Wookie no la había visto hasta que se acercó, había una nota:

«esta canción le encanta genio, te resultará conocida porque para variar, es de Super Junior T (ésta mujer sí es ELF ¡En serio!) cántala para ella, estoy seguro que te hará ganar dos o tres puntos para llevártela a la cama. (Y no frunzas el ceño, a mí no me engañas... te estás muriendo de ganas por tenerla abajo de tí... de nada n.n)»

Hizo bolita el papel y lo aventó al basurero, la idea no sonaba tan mala a pesar de la insinuación. Sí, obviamente ella lo excitaba pero tampoco mentía al decir que deseaba hacerlo todo con calma. Aunque... El celular vibrando interrumpió sus cavilaciones, era un mensaje de Shindong indicándole leyera el mensaje de Leeteuk rematado por un «no fué nada, es un placer ayudarte»

Ryeowook frunció el ceño ¿De qué diablos hablaban? ¿De qué se trataba todo esto? ¿Qué se suponía habían maquinado en su nariz? El mensaje de kakao talk tintineó, eran unas indicaciones precisas... para poner en la mesa una cena entera, la cual habían dejado pulcramente guardada en el refrigerador. No sabía si reírse o sentirse incómodo ¿Se creían que era incapaz de hacer una cena decente si quisiera? otro tintineo: «sabemos que puedes hacerlo solo, pero esta ocasión queremos ayudar» se apoyó en la mesa riendo, no podía contener las carcajadas.

Soo estaba dándose una ducha. Otro tintineo: «cantale algo, conquístala, baila con ella, bésala y dile lo mucho que la amas, abrázala, no la dejes ir, tampoco queremos que eso suceda. El Eunhae» Un complot, era un jodido complot y todos estaban implicados. Cuarto tintineo: «a Heechul y Siwon no les gusta esto hahahaha» otra carcajada ¿Qué otra cosa podía hacer sino reír? Eran fantásticos, eran unos hermanos fantásticos y no podía tirar por la borda todo lo que habían hecho.

Así que fué al refrigerador y sacó los tuppers. Habían canapés de jamón, viandas y algunos dulces fríos, nada que requiriera calentarse. Los acomodó en unos bonitos refractarios, tomó un par de copas y sirvió el vino que Kyu había llevado ¿Acaso sería parte de su plan? Soo salió del baño y desde ahí le dijo que en un momento iría.

Entró con el cabello recogido en un moño, en pijama. Era algo de risa, ambos estaban en ropa de dormir, eso no encajaba con una velada romántica.

- ¿Qué es tan gracioso? - dijo ella con curiosidad - cuéntame

No dijo absolutamente nada, simplemente la tomó de la mano y la llevó cerca del pequeño piano en la salilla, dejándola al pie del mismo. Ella entendió el ademán sin moverse, esperando.

«Dices que no volverás a mí, sin tí no debería ser

Entonces te dije que siempre te amaré

te vas, nuevamente no lo puedo ver

La Maestra de EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora