43. Palabras y actos de amor

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Soo dormía como cualquier mortal. Babeaba, roncaba, el cabello se le revolvía como si un huracán hubiera pasado a través de él y hablaba. Entre sueños me había contado que tenía un Snoopy que no sé si abraza por las noches o lo usa de almohada, esa parte fué ininteligible. Habló de un monstruo abajo de la mesa, dos películas que no conozco y me recomendó tomar té de tila para no sé cuál mal que piensa me aqueja.

Estuve muy divertido la mayor parte del tiempo en esa conversación inusual y extraña. Solté la risa varias ocasiones y entre balbuceos que apenas entendía me decía «no te rías o te pego» hacía pucheros, suspiraba, pero nunca dejó de abrazarme ni de recargar su rostro en mi pecho. Curiosamente tenerla así ayudó a nivelar mi temperatura corporal, aunque comencé a preocuparme por su salud ¿Y si se contagiaba?

Parecía que podía escucharme, entre susurros entendí algo como «estoy vacunada... no puede ser peor... resisto mejor» Acaricié su cabello revuelto, el corazón me latía fuerte y descompasado. No pude evitarlo, juro que traté de contenerme, un primer beso siempre debía ser con la participación de ambas partes, nunca robado ni forzado, su cercanía, su calor me ganaron la partida.

Busqué sus labios bajando mi nariz por su rostro, delineando su perfil, llegando hasta esa zona donde el labio superior forma una pequeña «v», los suyos eran llenos, como una hoja que cae del árbol en otoño, suaves, olían bien. Dí un pequeño beso encima de ellos, uno suave y furtivo, se arrebujó un poco más contra mí, sin molestia alguna. Eso hizo me atreviera a más, tomando su barbilla con la mano que tenía libre, llevándola hacia mí.

Delineé esa boca con mis dedos, suspiró y antes que escondiera su rostro en mi pecho nuevamente, lamí despacio ésos labios que me volvían loco. Sabía que estaba mal, estaba aprovechándome de ella y eso me iba a causar remordimientos más tarde, aún así me arriesgué. Sintió mi lengua y entreabrió los labios, por un momento me quedé pensando quién creía que era ¿Kangin, Siwon o Heechul? estuve a nada de detenerme y recordé las palabras de Yesung «si no está contigo es porque no te atreves a tomarla»

El tibio aliento de su boca hizo lo suyo, entré despacio, saboréandola, sintiendo su respiración mezclarse con la mía, su pecho comenzó a moverse inquieto, su respiración se agitó levemente, sorprendida entre sueños. «Wook» eso dijo... mi nombre, no el de uno de ellos, el mío. Sabía que era yo, que era mi boca, mi saliva, mi aliento el que se mezclaba con el suyo y no lo impidió.

Fueron varios minutos, hasta que llegó el momento en que me dí cuenta ya no estaba dormida. Subió despacio sus manos por mi pecho hasta mi nuca, sin prisa, suave, disfrutando el momento junto conmigo. Metió sus dedos entre mi cabello, ese toque lento hizo que se me erizara la piel e instintivamente bajé las manos hacia su cintura, apretándola más fuerte contra mi cuerpo.

Sus dientes mordieron de forma traviesa mi labio inferior, en respuesta mis manos recorrieron su espalda y se detuvieron justo antes de llegar a sus nalgas. Me costó mucho trabajo contenerme, el calor de nuestros cuerpos se elevaba notoriamente, ella empezó a emitir unos pequeños gemidos de placer que me sacaban de control ¿La razón? una de mis manos en sus pechos, masajeándolos suave, estaba perdiendo el control y ella tampoco me detenía.

Me forcé a separar nuestras bocas, abrió despacio los ojos algo atontada, no sé qué pensaría en ese instante, pero antes que creyera la estaba rechazando puse uno de mis dedos en sus labios, en ademán de guardar silencio, solicitándole me escuchara. Entornó los ojos, tranquila, comprendiendo mi petición. Sentía su respiración irregular sobre mi rostro, estábamos a milímetros de distancia y no tenía intención alguna de alejarse.

- Soo... no es un juego, no eres un capricho... tampoco quiero forzar nada... no quiero que estés conmigo por despecho, porque quieras llenar un vacío o por cualquier tontería que cruce tu mente... quiero que estés conmigo para siempre

La Maestra de EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora