La Maestra de Español

44. Super Complot

Ahora sabía que Yesung estaba de nuestro lado. Nos sería fácil ayudar a Ryeowook con él en el equipo. Solo se necesitaban unos cuantos pequeños empujones, los necesarios para hacer que Soo dejara sus lamentaciones de viuda a un lado y se centrara en lo que tenía enfrente. Hyuk entendía perfecto mis ideas, así que no fué difícil tener una gran lluvia de ideas a la mano.

El mono tomaba mi mano mientras hablábamos, como siempre. Sus ojos se centraban en mí con interés, escuchaba cada palabra mía sin distracciones. Yo sabía, sabía perfectamente lo que había entre nosotros, simplemente no quería tomarlo para que no desapareciera. Todos estos años he contenido lo que siento, lo que pienso realmente, por veces es imposible y me dejo llevar por mis sentimientos, dejo escapar una frase, una mirada, un beso indirecto, todo eso que nunca va a poder ser.

No se trata de nuestros sexos, se trata de la vida que llevamos. No quiero arruinar sus sueños, él quiere ser un gran coreógrafo y está a nada de lograrlo, «Why not? the dancer» lo demostró. En esos momentos, mientras él estaba lejos y grababa ese programa me sentí abandonado, celoso, verlo interactuar con Taemin de esa manera me enojó enormemente. Deseaba tanto estar ahí, apoyarlo... todo lo que habíamos hecho hasta ese fecha había sido juntos, era la primera ocasión que me hacía de lado y me enfurecí, pero no podía, no debía.

Esos días hicieron que reflexionara acerca de todos nuestros años juntos, aceptarlo significaba tirar por la borda su esfuerzo, que le dieran la espalda. No se puede ser tan egoísta si de verdad amas a alguien. Por eso busco ir hacia el lado correcto, buscar una mujer que quizás nunca me haga sentir lo que él, pero es lo aceptable y de alguna manera seré feliz mientras él logre lo que quiere.

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Habíamos logrado compaginar agendas para visitar a Ryeowook, compré unas cuantas botellas de vino. Siwon dijo que llevaría carne para barbacoa y Heechul el pollo y las cervezas. No podíamos negar su valentía después de todo lo que había pasado, en verdad o eran muy civilizados o muy estúpidos, todos.

En su lugar yo ni siquiera daría el rostro, no por Soo, por ellos mismos. ¿Qué tanto podría ser el amor que le tuvieron como para no matarse entre ellos? supongo que mucho. Al final estaban intentando hacer las paces, no desbandar al grupo ni a la hermandad ni a ellos mismos, para ello se requería de un gran valor.

Dudaba en que Soo tuviera el valor para aguantar, pero por lo visto esa mujer tenía un estómago muy duro. Eso me gustaba. No me malinterpreten, no me gusta como mujer, sino como persona, aprendí infinidad de cosas con ella y ninguna fué dándome clase.

- ¡Kyu-a pudiste venir!

Intenté no reírme de verlo con ese ridículo casco puesto, apenas y entendí lo que dijo. Sinceramente no pude, solté una gran carcajada y le dí un gran abrazo. Todos estaban ahí, Siwon y Heechul a una distancia prudente uno del otro, con sonrisas en momentos incómodas, de verdad, un par de caballeros si es que lo veías de otra perspectiva.

El Eunhae como siempre, juntos y armando algún alboroto estúpido, digno de esos dos. Shindong y Leeteuk discutiendo de negocios, programas de variedades y el comienzo de nuestro comeback. Yesung haciendo pucheros a Soo para que le dejara comer mazapanes, había descubierto que tenía una caja entera bien escondida en la alacena y no pensaba irse de ahí sin haberla vacíado toda.

Miré a Wook, su sonrisa tranquila recibiendo las atenciones. Traía el pijama puesto, pero aún así lucía muy pulcro. Desvió la mirada e inconscientemente lo seguí, estaba mirándola a ella por supuesto. Traía unos jeans ajustados, una blusa de Snoopy que a éstas alturas, ya todos habíamos deducido era su personaje favorito, el cabello atado en una trenza holgada, estaba arreglando la mesa, había un jarrón con flores que Teuk había llevado.