La luna brillaba en todo su esplendor aquella noche. La brisa era fría, costaba un poco acostumbrarse a ese ambiente, sobre todo cuando provienes de un lugar cálido como la Ciudad de México, donde estar a menos de 20 grados ya es morir de frío.
Caminábamos entre la gente, algunos volteaban a mirarnos curiosos. Sabía que era por él, sin embargo, no se acercaban a pedir autógrafos ni interrumpían nuestra plática. Kangin reía mientras me mostraba las calles y los puestos, su sonrisa iluminaba la avenida. Rogué que no notara mi mirada.
Como dicen en los dramas ¿Acaso había salvado un pueblo en mi vida anterior para tener esta suerte? Sonreí. Obviamente eso era imposible, él simplemente estaba siendo amable conmigo. La diferencia de edad, de culturas, aparte que estaba consciente de no ser una belleza ni medianamente hablando, demasiadas cosas en contra.
Decidí simplemente disfrutar. Estaba caminando de su brazo. Lo miraba sonreírme y su voz se me quedó grabada hasta el último corpúsculo del cuerpo, en el alma, en el corazón. Recordé lo que Siwon había dicho cuando nos conocimos y volví a sonreír. Estaba viviendo un sueño, uno del que no quería despertar.
Empezó a explicarme acerca de la obra que íbamos a disfrutar, se representaba por el Natalicio de Buda y normalmente debía realizarse el 8 del cuarto mes lunar. Asentí con la cabeza, sinceramente no sabía de qué me hablaba. Se denominaba Mangeokjung nori o Manseok seungmu.
El teatro era pequeño, para cerca de 200 personas. Sus adornos en madera dorada y rojo asemejaban un pequeño palacete, de ésos que aparecen en dramas como «Scarlet Heart» o «Emperatriz Ki». Al fondo había un lienzo blanco iluminado por antorchas que creaban las sombras.
- ¿En qué piensas noona?
- En el festival de los faroles, así de hermoso debe ser verlo.
- ¿El festival de los faroles? - bajó un poco la mirada - si aún estás aquí para esa época, te llevaré a pedir un deseo
El corazón se me salía del pecho y luchaba porque mi rubor no me delatara.
- Me encantará ir contigo - no pude controlarlo, me arrepentí de haberlo dicho así, sin pensar.
Afortunadamente la representación comenzó, nuestra atención se fijó en el escenario. Una marioneta de madera representando al Monje Manseok apareció al centro, a su derecha un venado y un corzo jugaban; de lado izquierdo emergieron un dragón y un pez carpa que luchaban intentando apoderarse de una farola llamada chintamani, una joya mítica que hace realidad los deseos.
- De niño creía que el chintamani era real - me susurró a media obra - hice muchos planes para ir en su búsqueda hasta que mi padre cruelmente rompió mi inocencia infantil diciéndome que los deseos no son magia, uno debe trabajar por ellos.
Su aliento tibio en mi oreja hizo que me estremeciera, el tono de su voz causó que con mucho esfuerzo, ahogara un suspiro. El dragón y el pez carpa desaparecieron del escenario mientras el monje alcanzaba el estado de iluminación bailando al compás de los címbalos una danza: Barachum.
La sala se iluminó tenuemente, la gente comenzó a salir ordenadamente.
- ¡GinGin, Noona, no pensé encontrármelos aquí! ¿Te divertiste noona? Kangin es un buen anfitrión, seguramente te dió un tour inolvidable, es bueno siendo guía turístico, es su don.
La voz de Shindong me sacó del ensueño. La magia acabó, pensé.
- Shindong ah - contestó Kangin algo apenado - Hace unos días me comporté un poco mal con noona, así que le debía un cálido recibimiento.
Shindong no hizo ningún gesto de sorpresa. Deduje que era habitual en Kangin ofrecer esos «tours» a las personas para demostrar su hospitalidad y buenas costumbres.
- Tengo hambre ¿Ustedes no? ¿Qué les parece si vamos por una buena barbacoa coreana y un poco de soju?
Kangin asintió por ambos, nuevamente me cedió su brazo y emprendimos camino. Shindong venía en una camioneta y él eligió el restaurante. Era un lugar agradable, nada pretencioso. El olor que despedían las parrillas era inigualable. Había comido asados en mi viaje a Argentina y en México era común hacer parrilladas, pero nada como lo que estaba frente a mí en esos momentos.
Shindong pidió una variedad de platillos que no pude grabarme de inmediato. Desde arroz frito hasta acompañamientos diversos. Nos sentamos prácticamente en el suelo, a la antigüa usanza.
- Creía que todavía no tomabas clases con noona ShinShin...
La carcajada del anfitrión me hizo sentirme avergonzada. Sabía que iba a contarlo, «¡no frente a él por favor!» fue la frase que me cruzó por la mente. Sentí cómo el calor acudía a mis mejillas de inmediato. Una voz interrumpió el momento y suspiré agradecida.
- Buenas noches noona, GinGin, hyung.
Siwon tomó asiento frente a mí saludándome con una leve inclinación de cabeza. Vestía sport y se veía bastante relajado.
- ¡Ah! lamento no decírselos, ya había quedado con Masi aquí...
- Vamos a discutir algunas cosas importantes, me alegra que estés aquí noona, tu presencia nos será de ayuda.
- ¿Mi presencia? - estaba confundida
- Tenemos unas canciones que queremos pedirte sean leídas - dijo Shindong - queremos su traducción al coreano para poder elegir las que integrarán el nuevo disco
- Eish... - protestó Kangin - ustedes dos jamás dejan los negocios fuera ¿Acaso no podían esperar a verla mañana?
Siwon soltó una carcajada. Era la primera vez que presenciaba una situación así en vivo y a todo color. Volteé instintivamente, buscando la cámara de SuJu TV, quizás estaban grabando un programa y yo ni siquiera lo sabía.
- ¿Qué buscas noona? - dijo Siwon al tiempo que volteaba a todos lados buscando lo que me ponía inquieta
- La cámara
Tres carcajadas sonaron por todo el restaurante.
- Creo que hemos exagerado - sentenció Shindong - vamos a cenar y mañana discutiremos las canciones
- Shindong shi - inquirió Kangin con curiosidad - ¿Qué ibas a contar antes que Masi llegara?
Claramente sentí las orejas calientes, el rubor corriendo hasta mi frente y cerré los ojos.
- ¿Debería decirlo noona?
Suspiré. De todos modos algún día lo contaría, así que mejor asentí.
- ¿Recuerdan la segunda regla?
Ambos asintieron con la cabeza. ¿Cúal segunda regla? ¿Desde cuándo habían reglas de las que yo no estaba enterada? ¿Acaso era una mala broma?
- El día que tomé clase por primera vez con noona, me recibió con sendo escobazo. Aunque confieso, parte fue mi culpa. Si no tuviera buenos reflejos y hubiera parado el golpe con una mano probablemente ahora mismo estaría con unos cuantos puntos en la cabeza.
Siwon abrió los ojos sorprendido y se carcajeaba a más no poder, Kangin soltó una estruendosa risa y yo solo atiné a bajar la cabeza y cerrar los ojos.
- La puerta sin cerrar ¿Me equivoco? - dijo Kangin entre risas
- Así es... no te preocupes noona, no te tengo rencor. Fué mi culpa por no anunciarme
- Era lógico que la espantaras - replicó Siwon - debió pensar que alguien iba a violarla
Suspiré, al final era SuJu, el mismo SuJu que había visto tantas veces en programas y videos, estaban riéndose conmigo. Sonreí. Miré de reojo a Kangin y me estremecí. Finalmente cambiaron de tema y pude relajarme.
La comida había sido deliciosa, no me ofrecieron mucho soju, sabían que no era afecta a tomar y por ser mayor que ellos tuvieron deferencia hacia mí, eso fue un gran alivio. No quería delatarme debido al alcohol.
Se despidieron de mí en la puerta, asegurándose que el cerrojo calzara correctamente. Los miré irse desde el ventanal, se despidieron de mí con las manos. Mis ojos no podían traicionarme a esa distancia, estaban fijos en una sola persona, una que con su amabilidad volteó mi mundo de cabeza. Un amor que se quedaría entre sombras, imposible.
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La Maestra de Español
FanficPROHIBIDO ADAPTAR COPIAR O MODIFICAR SIN PERMISO DE LA AUTORA. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Ella entró en sus vidas de imprevisto, de la misma manera que dió alegría se convirtió en un dolor enorme. Una historia diferente, con una protagonista inu...