39. Corazón de plata

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Lo que Soo menos necesitaba eran regaños, eso lo sabía perfectamente. En primera no era ninguna niña inocente, en segunda estaba consciente que su trato sexual no era precisamente la mejor opción, aunque no niego le estaba proporcionando un respiro en cierta forma... en tercero, entendía perfecto la razón oculta de todo: ella creía a pie juntillas no merecía amor, de ningún tipo, de parte de nadie.

Por eso cometía pendejada tras pendejada, estaba alejando el amor verdadero a como diera lugar. No era para menos, la única relación formal que tuvo acabó con ella en el hospital desangrándose en un aborto provocado a golpes. De conocer a ese bastardo yo lo hubiera matado... y Hae también... en realidad todo SuJu empezando por Kangin si aún estuviera aquí.

La gente herida es la más ansiosa, cuando alguien dice que te ama encuentras cualquier excusa, buena o mala para darte la vuelta. Miras por encima, no quieres fijar la vista, no deseas abrir los brazos y tomarlo porque sientes que se te escurrirá entre los dedos como arena. Lo tienes a centímetros de tí, respirando el mismo aire y sin embargo, no tienes el valor para estirar los dedos y apresarlo fuerte para jamás dejarlo ir.

¿Cómo lo sé? porque llevo años poniendo como excusa a un viejo amor para no aceptar mi realidad: tengo miedo de entregarle mi persona a alguien más, tengo miedo de que me destroce tal y como ella está en este instante, tengo miedo de aprender a respirar por alguien más y luego ahogarme en mi propia sangre.

- Hyuk... ¿Qué haces aquí?

- Rescatando a la princesa - respondí guiñándole el ojo - aunque no sabía que las abuelas podían entrar en la categoría de protagonista en vez de bruja mala... ¿Qué veo? ¿Eso es una especie de sonrisa o estás agonizando?

Se abrazó a mí con fuerza, llorando. Estaba hastiado de verla llorar, desde hacia meses no veía una risa en su rostro, no escuchaba sus carcajadas sin sentirlas forzadas, sus ojos no reflejaban alegría, siempre estaban apagados.

- ¿Hasta cuando planeas estar así?

- Hasta que me muera

- Ah... planeas abandonarme ¿Eso es lo que una buena jewel haría?

- No soy jewel - dijo pegando su rostro a mi pecho, ahogando las palabras

- Pues deberías considerarlo - levanté su rostro hacia mí - tenemos galletas de dieta, leche de soya y bastones gratis... siempre podrás sentarte en los conciertos para que no mueras por levantar tu lighstick

Una sonrisa apareció en su rostro, contrastando con sus lágrimas. Tenía ojeras, el cabello sin peinar y estaba demasiado delgada, en ella no se veía bien la falta de peso. Traía la pijama que le habían prestado, así que parecía un mendigo desvalido en plena lluvia.

- Te ves fatal ¿Lo sabías? así no me voy a enamorar de tí

- No bromees más con eso - respondió entre dientes - si vuelvo a escuchar esa frase de alguno de ustedes voy a tomar mis cosas y huiré a México lo más pronto que pueda...

- ¿Y si esa frase viniera de Ryeowook?

No levantó la cabeza, apretó los brazos a mi alrededor hundiendo el rostro, como si quisiera usar mi cuerpo para asfixiarse hasta morir.

- Soo... deja de huir... - levanté su rostro una vez más - deja de huir de Wook... deja de golpearte contra las rocas tú sola... vacíate... suelta el dolor y la rabia y después de eso, voltea a verlo, date la oportunidad de conocer el amor de verdad.

- ¿Y tú Hyuk? ¿Cuándo vas a hacerlo? ¿Cuándo vas a decirle a esa persona lo mucho que la amas? ¿Como puedes pedirme algo que ni siquiera tú has logrado?

La Maestra de EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora