𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 「 𝕽𝖊𝖒𝖚𝖘 𝕷𝖚𝖕𝖎𝖓 」🥀

22/. Naipes 🥀

-El que esté de su lado
¡perderá la cabeza!

-¡Ya la perdimos!
¡Fin de la reina cabezota!
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Cuando 3/4 de los merodeadores y la merodeadora entraron a la sala común de Gryffindor, se impresionaron al ver que no había ni una sola persona en la sala común, lo que era extraño ya que en los periodos libres, la sala común de Gryffindor se llenaba de estudiantes.
Ignorando el extraño hecho, los merodeadores caminaron a lo largo de la sala común, antes de escuchar un grito desde el segundo piso.

-¡GUERRA! - la voz inconfundible de Gideon Prewett dio inicio a un centenar de globos de pintura, aterrizando en el cuerpo de los merodeadores y Rose, aunque claro que no era pintura común, estaban en Hogwarts, la pintura que caía sobre sus túnicas y cuerpos era removible hasta tres días después.

-¡Que está pasando! - grito el dramático Sirius Black al darse cuenta que su largo y sedoso cabello azabache, ahora era de color verde y no había color que Sirius Black odiara mas.

-¡Esto es por la estupida broma de la limonada! - Alice Avery junto a Frank Longbottom lanzaban globos de pintura desde el segundo piso con gran ferocidad, estos eran apoyados por Gideon y Fabián Prewett que aunque no habían ido a la fiesta, no necesitaban pretextos para iniciar una guerra de pintura o en este caso una colorida venganza , junto con unos cuántos Hufflepuff que también habían sufrido a causa de la "Limonada de la verdad".

James trataba de esconderse detrás de uno de los sillones de la sala común, dejando este pintado de un amarillo que relucía todo el sello de Hufflepuff, mientras Peter intentaba salir de la sala, pero al parecer la dama gorda estaba enterada de la broma, ya que se escuchan sus carcajadas desentonadas.
Mientras que Sirius y Rose, los verdaderos genios de la broma, se miraron con las cejas alzadas, una idea les llegó a ambos y con una mirada traviesa, ambos dijeron al mismo tiempo.

-¡Aguamenti! - los anteriores agresores ahora se encontraban estáticos, al principio Rose y Sirius creyeron que era a causa de ahora encontrarse empapados, pero cuando escucharon el carraspeo de la profesora McGonagall se giraron asustados.

-Black, Potter, Pettigrew y Scamander, a la oficina del profesor Dumbledore. - Colagusano y Cornamente no se atrevieron a contradecir a la profesora de transformaciones, ya que esta se encontraba con el ceño fruncido y completamente indignada, Rose juraba haber visto sus ojos felinos antes de irse.

Una parte de los merodeadores y la merodeadora, caminaron con las cabeza gacha hacia el despacho del director, dejando un colorido rastro de pintura a su paso. Cuando llegaron al despacho del profesor Dumbledore, la pintura se había secado y el color de la pintura se había vuelto más vibrante, hasta el más ciego podría distinguirlos a kilómetros. 

Tras unos golpes en la puerta, entraron al despacho del director que no se encontraba solo. Se sorprendieron al ver a su amigo merodeador Remus John Lupin sentado frente al profesor Dumbledore con el extraño diario en sus manos.

-Señor Potter, Black, Pettigrew, señorita Scamander, tomen asiento por favor, los estábamos esperando. - la mirada dulce y amable de Albus Dumbledore se posó sobre Rose y Remus que se encontraban sentados hombro con hombro. - Me he enterado del incidente en la sala común y lo sucedido en la fiesta de Halloween, aunque sus actos fueron muy nobles señorita Scamander, me temo que tiene que ser reprendida por sus acciones, al igual que usted señor Black. Mientras que ustedes Potter y Pettigrew los dejare ir con la advertencia de minorar sus fechorías por lo menos un par de semanas por las paz de la profesora McGonagall.