𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 「 𝕽𝖊𝖒𝖚𝖘 𝕷𝖚𝖕𝖎𝖓 」🥀

56./ Cambio de estación🥀

Qué extraño es todo hoy!
Y ayer sucedía todo como siempre.
¿Habré cambiado durante la noche?
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Maratón 1/?

Narcisa Malfoy lo miraba expectante escondida detrás de un árbol. Narcisse pudo sentir a su corazón acelerándose.

Su cabello castaño se encontraba suelto como pocas veces, su ropa elegante y su túnica bien planchada. Cissy era la verdadera imagen de la perfección y la armonía para Narcisse.

—Viniste.—Le susurró ella.

—Hicimos una promesa.—respondió al mismo tiempo en el que con precaución se acercó a ella mirando a los dos lados para no ser vistos, mientras pensaba que algunos viejos hábitos no podían ser olvidados.—Escuche que te casaste.

—Y yo escuché que te enamoraste.

Un silencio los acompaño por un par de minutos hasta que Narcisa rompió el silencio.

—Me alegra saber que eres feliz.—le sonrío.—Supongo que ambos supimos salir adelante, olvidar el pasado.

—Tú no eres un pasado que allá decidido olvidar.—silencio.—Tú me pediste olvidarte y aún así no lo hice, solo te superé.

Para Narcisa, decir que aquello no le había dolido sería mentir y en su familia no se permitía decir mentiras así que solo callo y pensó en la realidad, Narcisse ya no era suyo.

—Necesito que me hagas otro favor.—la voz le sonaba un poco entrecortada.—Tiene relación con el antiguo favor y tú hermana.

—¿Mi hermana?—Narcisse estaba demasiado confundido.—¿Que esta pasando? ¿Que no estás diciéndome?

—Se lo que es.—Narcisse jamás se esperó tal declaración.—No solo yo, los mortifagos y el señor tenebroso lo saben, y quieren reclutarla.

—¿Reclutarla? Ella es una niña, Rose jamás aceptaría algo así.—Narcisse estaba temblando, un escalofrío provocado por el miedo se extendía desde su cuello.—Ella no puede pelear por una causa en la que ni siquiera nuestra familia encaja.

—Aunque sea una Scamander, el señor tenebroso solo reconoce la sangre pura de tu madre y tu padre, tu familia está en peligro.—Narcisa lo tomo de los hombros y lo miro con expresión seria.—Yo aún no te he superado.—Ni siquiera ella sabía porque admitía aquello frente a él.—No te he superado y por eso mismo voy a ayudarte, debes darle la piedra a Rose cuando esté cerca de romper la maldición.

—¿La maldición? ¿Como sabes de ella?—Narcisse no podía estar más confundido y asustado.

—Debes darle la piedra hasta entonces, por ahora quiero que la mantengas cerca de ti.—lo abraza.—Se que arruine todo entre nosotros y que no te merezco, pero te quiero y por eso quiero que seas feliz, huye con ella y regresa cuando sea seguro.

Narcisa se separó lentamente, memorizando su aspecto, su altura y aroma. Esta sería la última vez que se verían, la última vez que escucharía su voz antes de desaparecer entre los árboles.

—También te quiero.—había dicho el antes de verla desaparecer.

Narcisse se quedó observando el lugar donde había estado Narcisa analizando sus palabras.

Tiempos oscuros se acercaban y una parte de él presintió lo que venía, por eso no dudo y corrió en busca de su hermana.

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