𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 「 𝕽𝖊𝖒𝖚𝖘 𝕷𝖚𝖕𝖎𝖓 」🥀

35./ El espejo 🥀

Muéstrame a la bestia. 🥀
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Para Remus el convertirse tres noches seguidas al mes en hombre lobo era el peor de los castigos.
Aunque había días como hoy en donde pensaba seriamente que los dolores al día siguiente de la transformación eran mil veces peor que las horas que duraba bajo el efecto de la luna llena sin ser el realmente.

Lo complicado de que la luna llena coincidiera con sus vacaciones, era que no tenía a James, Sirius y Peter para apoyarlo y jugar por el bosque prohibido. Cuando las transformaciones eran con sus padres tenía que ser recluido y encadenado en el sótano de su casa y su otro yo se encarga de lastimarse a sí mismo.
Justo ahora el tímido Remus Lupin tenía una nueva cicatriz en el rostro que seguramente daría mucho de que hablar y para colmo hoy era víspera de Año Nuevo y el cumpleaños de Rose, su Bella, hace unos días le a llegado una carta de Lily informándole del paseo sorpresa a Rose al Támesis ya que al ser nueva en Londres, realmente no conoce mucho de la ciudad o el mundo muggle que tanto le gusta.

Remus realmente quería celebrar sus quinces con ella, según su madre la adorable Hope Lupin, para una mujer los quince años son un momento importante y su madre siempre tiene la razón, entonces Remus se siente extremadamente culpable y triste de no poder estar con Rose, ya que no le gustaría que lo viera en esas condiciones, le daba vergüenza que su otro yo dejara marcas en su piel, no quería exponer su vergüenza a Rose.

Ciertamente Remus no sabía lo que hacía Rose en el, antes de su llegada pasaba totalmente de las chicas, aunque claro que era también muy joven como para tener esos intereses, pero Rose Scamander había cambiado su visión de las chicas por completo.
Se pasaba la mitad del día auto compadeciéndose de sí mismo y la otra mitad se la pasaba pensando en Rose y como había cambiado su realidad desde el día uno de su llegada.

¿Como estará?
¿Habrá recibido mis cartas?
¿Cuantas veces habrá reído hoy? 

Su mente reproducía la cara de la pelinegra una y otra ves, sin contar que ya varias veces había soñado con ella, esto aunque era bastante normal según Sirius y sus constantes erecciones matutinas, no dejaba de causarle pudor y vergüenza a Remus que por primera ves se sentía atraído por una chica y tenía el valor de aceptarlo.

Remus está solo en casa ya que su madre fue a buscar los últimos ingredientes para la cena de año nuevo y su padre sale pasadas las siete del ministerio.

La herida en su rostro arde y Remus con pesar se levanta de la cama para lavar la herida con la poción que sus padres han comprado para el.
Aunque Remus le insistió a sus padres que era muy costosa y que aquel
dinero bien les serviría para otra cosa, sus padres insistieron alegando que sabían lo mucho que a Remus le acomplejan sus cicatrices, cosa que era cierta.

Bebé la poción y al instante siente alivio, la herida aún arde pero puede sentir sus músculos relajarse.
Probablemente la herida cicatrice pronto, pronto tendría un nuevo símbolo del mounstro que en realidad era.

"Las bestias como tú solo cortan flores" - las palabras de Regulus Black se habían incrustado en su mente, ya que por primera ves alguien se había atrevido a decirle todo aquello que se decía a él mismo todas los días.

Remus observa el reflejo frente a él, es delgado pero tiene algunos músculos en sus hombros, signos de que atraviesa por la pubertad y su condición como licántropo, la mayoría de las personas dirían que Remus Lupin es jodidamente atractivo, no solo por su personalidad culta y misteriosa o su fama de caballero, si no por que Remus Lupin había heredado los buenos genes de su madre, Hope Lupin era hermosa y bien podría parecer una veela con el cabello largo rubio y piel porcelana con un ligero brillo reluciente.