26/. Ding Dong 🥀

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Aún no eh dado el tic,
de mi último toc.  🥀
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Maratón 2K
3/4

Fin de semana y en Hogwarts era sinónimo de salida a Hogsmade, lastima que todos los posibles planes que pudo haber realizado Rose Scamander, eran cancelados gracias al castigo que se ganó por dormir en el lago negro, en el pecho del licántropo, claro que la profesora McGonagall no lo sabía, de saberlo probablemente estaría empacando sus cosas en vez de pulir las bolas de cristal del aula de adivinación.

Eran la dos de la tarde y Rose ya comenzaba a memorizar la posición de las manecillas del reloj, que parecían avanzar con una lentitud abrumadora.
No había absolutamente nadie en aula salvo ella y Rose no era muy amiga de la soledad , se sentía tan incomoda y lo peor de todo es que la soledad se pegaba a ella como pantalones sudorosos.

¿Qué estarán haciendo Lily y Marlene?

¿Qué estarán haciendo los merodeadores?

¿Qué estará haciendo Regulus?

Pasaba el tiempo entre bolas de cristal y pensando el montón de cosas que podría estar haciendo con sus amigos, en vez de estar ahí perdiendo el tiempo.
Aunque pensándolo mejor, prefería estar ahí a no haber estado con Remus la noche anterior. Se sentía tan valiente y segura en los brazos de Remus que comenzó a ponerlos en su lista de lugares favoritos en el mundo, no le molestaría pasar una eternidad en sus brazos, Remus era todo un postre.

Bola de cristal número seis y el reloj apenas había avanzado medía hora.

¿Por que el tiempo no podía ir así de lento cuando pasas un buen rato?

Había cosas que a Rose le molestaban, una de esas cosas era él complejo y contradictorio tiempo. Y es que si nos ponemos a pensar el tiempo siempre será nuestro verdadero enemigo, a veces no hay tiempo y a veces hay demasiado, no existía medias con el, siempre empeñado en ser tu enemigo un ladrón capaz de robarte todo lo que amas. 

A Rose le molestaba demasiado todo lo que al tiempo se refiere, lo peor de todo es que no podía ponerle un rostro a su enemigo y soñar todas la noche la con darle un buen golpe en la cara, no, no el tiempo era tan ladrón y embustero que era completamente anónimo, pero siempre presente.

¡Que sujeto tan ridiculo!

Bola de cristal número ocho y el reloj marcaba las dos treintena y cinco.
Su castigo terminaba a la seis y su enemigo el tiempo se estaba siendo lento para torturarla. La bola de cristal que yacía en sus manos calló golpeándola en el pie y rodando por debajo de las mesas.

-¡Auch! ¡Auch! - brincaba en un pie lloriqueando. - ¡Te pido paz!
¡Señor tiempo deje de torturarme!

Cuando dejo de cojear, fue a buscar la bola de cristal que había caído, se encontraba debajo de una de las mesas del fondo del salón, se arrastró por el suelo sin importar manchar sus pantalones rosados, estirando sus delgados brazos por tratar de alcanzar la bola de cristal, hizo varios intentos hasta que por fin lo logró, estaba por soltar un grito de emoción cuando escuchó una voz grave a su espalda.

-¡Venir ante mi enemiga del tiempo! - aquella voz gruesa le puso la piel de gallina ¿quien recurría a su pasado, presente y futuro enemigo para asustarla? Una persona muy astuta seguramente.

𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 「 𝕽𝖊𝖒𝖚𝖘 𝕷𝖚𝖕𝖎𝖓 」🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora