43./Erase una vez🥀

1.3K 157 43
                                    

No hubo una historia más triste que la de Romeo y su Julieta.
______________________

Elena miró a Tadeus atónita.

La noche era fría y Elena sentía su cuerpo temblar, aunque probablemente la verdadera causa era la posible confesión del chico que al parecer guardaba más secretos de los que ella y su curiosidad imaginaban.

—¿Me ayudas?- la miro suplicante con la voz entre cortada y lastimera.- Por favor Elena, no confío en nadie más, sé que tú puedes ayudarme.

Sus palabras caían y la verdad se desbordaba sobre su boca cuál rio.

—Tal ves me odies, pero ya no me queda nada desde esa noche.-sollozo- mi padre no está y yo acepte mi final desde hace mucho tiempo pero necesito tu ayuda.

Los colores se hacían más grises y su piel perdía color al escucharlo, quería ser capaz de decir cualquier cosa pero estaba confundida y aterrorizada.

—Soy un hombre lobo- lloró por fin- probablamente ahora te vayas, me odies y sienta asco y aún más desde que insinué que podría haber sido yo el causante de la muerte de Myrtle. - calló de rodillas y suplicó. - Eres la probablemente la persona más inteligente y astuta en esta escuela y yo sé que solo tú puedes ayudarme.

Silencio

—Por favor-suplico- Yo se que aún investigan qué pasó, pero expulsaron a Hagrid y no puedo permitir que alguien pague por algo que yo pude haber hecho.

Elena carraspeó y aún temblando se dejó caer de rodillas frente a él.

Toda la vida Elena se sintió incompleta, como si algo le faltara a su vida aburrida y solitaria que por elección decidió vivir al sentir que todo el mundo cargaba expectativas a la hija de Rowena Ravenclaw. Por segunda ves en su vida, se rebatía entre lo que le habían enseñado que tenía que ser y pensar, entre lo que sentía en su corazón.

Deseo fuerzas y como si el cielo la escuchara, sintió que el ardor en su garganta desaparecía y la daga en su estómago era desenterrada.

—Lo haré. - los ojos del lobo se abrieron y su corazón latía en un nuevo sentimiento.

Esperanza

—Pero no podemos usar el gira tiempo, necesitamos otra cosa.

Tadeus observaba la mirada de la Ravenclaw sumida en sus pensamientos, se veía hermosa, como una diosa o un hada a punto de concederle un deseo.

La verdad era que ambos se encontraban en el principio de su destino, un destino en el que solo había oscuridad.

🥀

Los meses pasaron y Elena cumplió con lo acordado, pasaba investigando lo ocurrido esa noche y algunas veces espiaba a su madre hablar sobre magia oscura, sabía que le faltaba una sola pieza para resolver el rompecabezas, una pieza.

Por otro lado la nueva amistad de Elena y Tadeus era el centro de atención de alumnos y profesores. De un día a otro dejaron de ser simplemente conocidos como Elena Ravenclaw la hija de Rowena y Tadeus Lupin el chico simpático, para ser conocidos como Elena y Tadeus, no existía uno sin él otros.

—¿Como te sientes?-le pregunto la chica al joven rubio que lucía cansado, mientras intentaba curarle el par de heridas que cubrían su torso.

—Mejor, ahora estoy mejor.-suspiró- Gracias por esto Lena.

Lena era el apodo de cariño con el que Tadeus la llamaba, al principio se sintió ajena a ese nombre ya que su madre solía llamarla así en sus mejores días, pero poco después descubrió que aquel apodo solo parecía correcto cuando se escapaba de los labios de Tadeus.

𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 「 𝕽𝖊𝖒𝖚𝖘 𝕷𝖚𝖕𝖎𝖓 」🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora