Sexagésimo octavo amanecer.

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Eren se mantenía en silencio y acariciando el cabello de el pequeño que ardía en fiebre.

Por más que buscará como salir hasta el momento no había encontrado la manera de escapar junto al niño.

Eren: ¿Aún te sientes mal cariño?

Alex: S-si, me duele mucho la cabeza.

Eren: Aguanta un poco más ¿puedes?

Alex: Lo intentaré, ¿puedes decirme como son mis hermanos?

Eren: Si, Julie es muy ruda y linda e inteligente, habla mucho, Kin bueno el es todo lo contrario a Julie, es callado, muy listo y un buen hermano mayor.

Alex: ¿Y la bebé?

Eren: Jez es igual de linda que tu.

Alex: Lo siento.

Eren: No tienes la culpa de nada.

Alex: Mi mamá es la que te lastimó y nos dejó aquí.

Eren: No pasa nada, duerme.

Con el niño dormido Eren suspiro, la puerta de aquella pequeña habitación se abrió dejando ver al tipo que ayudaba a su peor pesadilla.

- Traje la medicina.

Eren: Si gracias.

- Y la comida.

Eren: Si.

Eren: Alex, toma un poco de medicamento.

Alex: Sabe feo.

Eren: Pero te sentirás mejor cariño.

Con el niño dormido de nuevo el tipo se retiró dejando al castaño sólo, Eren sólo podía pensar en que hacer para salir de ahí.

Me amaras al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora