Me amaras al amanecer

Quincuagésimo séptimo amanecer

Kenny: Te faltan veinte más sabandija.

Kin: ¡Esto es inhumano!

Kenny: ¡Ja! Que buen chiste.

Kin: Se lo diré a...

Kenny: ¿A tus padres? ¿te recuerdo por que estás aquí?

Kin: Maldito viejo.

Kenny: Vamos, Julie puede hacer lo mismo el doble, y ni hablar de tu enano padre y de Mikasa.

Kin: Juro que lo pagarás.

Kenny: ¡Qué miedo!

Kuchel: Kenny es sólo un niño.

Kenny: Si tuvo los pantalones para hablar así de quien le dio la vida, créeme que eso no es nada.

Kuchel: ¿Ya hablaste con Levi o Eren?

Kenny: No, el llamará en dos horas, llevo a Eren al médico, ¡vamos pequeña rata, o serán veinte más!

Mientras Kin sufría en manos de Kenny, Levi y Eren estaban en el consultorio de Hanji.

Hanji: ¡Por fin lo sabes!

Levi: No grites loca.

Eren: Lo sabe.

Hanji: Supongo quieres ver al nuevo integrante de tu familia.

Levi: Supones bien loca.

Hanji: Eren prepárate por favor.

Con Eren en la camilla y Levi junto a él Hanji se toma su tiempo en buscar al bebé.

Hanji: Ahi esta.

Levi: Es perfecto.

Hanji: Si, va todo muy bien, no hay de que preocuparse.

Eren: Gracias.

Levi: Nos vamos, gracias loca.

Hanji: Con cuidado, procura que Eren coma bien.

Levi: Si, nos vemos demente.

La pareja salió feliz, su nuevo bebé estaba bien, ahora sólo había algo que solucionar.

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Kenny: Sabandija.

Kin: ¿Qué?

Kenny: Tu padre llamo, quiere que sepas que vendrá mañana y que Julie aún busca venganza.

Kin: Que más da, esto es el infierno.

Kenny: Tallaste mal esa holla, anda mocoso mal agradecido, esto es apenas un poco de lo que te espera en este mes.