Me amaras al amanecer

cuadragésimo tercer amanecer

Jamás pensó que en verdad Levi se iba a vengar por burlarse de el, pero ahí estaba intentado bajar aquella pequeña en verdad pequeña falda de colegiala.

Eren: Levi hace frio.

Levi: Guarda silencio bonito.

Eren: Pero esta ropa no cubre nada, se ve todo.

Levi: Lo veo sólo yo.

Eren: Y aún así es vergonzoso.

Levi: ¡Hey! Hay que aprovechar que tenemos la casa para nosotros solos, tal vez intentar darles un hermanito a los niños.

Eren: ¡No! Si te acercas grito.

Levi: Hazlo nadie te escucha.

Eren: Deja de verme así.

Levi: ¿Así como?

Eren: Como si me fueras a comer.

Levi: Es que te voy a comer.

Poniéndose de pie y dejando el vaso con whisky de lado caminó hasta quedar frente a Eren, el castaño sólo tembló al sentir el tacto sobre su piel.

Eren: Levi.

Levi: Dime.

Eren: Te amo.

Ese te amo basto para que el azabache tomará de la cintura al castaño y comenzará a besarlo sin prisa alguna.

La poca ropa que cubría el delgado cuerpo de Eren quedó en el suelo, se estremeció de nuevo al sentir la lengua de el azabache recorrer su cuello e ir bajando lentamente.

Levi con cuidado recosto al castaño en el sillón de la sala, siguió con los besos, moridas y dejando marcas en la piel de el castaño, con ayuda de Eren Levi se deshizo de su ropa, con besos y jadeos después de meses se dejaron llevar por el momento.