Septuagésimo quinto amanecer.

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El golepeteo en la puerta y el sonido de el timbre lo hicieron ponerse en pie, frente a él su mejor amigo lo observaba con lágrimas en los ojos.

- ¿Estas bien?

Eren: Si, disculpa venir así pero no teníamos a donde ir.

- Esta bien, ¿pero que pasó?

Eren: Una loca nos dejó encerrados y nos escapamos.

- Eren eso es grave, debemos dar aviso a la Policía.

Eren: Primero quiero llamar a alguien.

- Esta bien, llama a quien quieras, veré si el niño aún duerme.






Levi veía dormir a sus hijos, la pequeña Jez descansaba abrazada a un gato de peluche mientras Julie y Kin dormían uno a cada lado de el, pensaba en que sería de sus hijos sin Eren, de el sin el amor de su vida, sus delirios se vieron interrumpidos cundo su celular comenzó a sonar, de mala gana contesto antes de que sus retoños despertaran, estaba por colgar cuando escucho la voz de quien más amaba.




Eren: Amor, estamos bien, estoy a unas horas de la ciudad, te mandaré un mensaje con la dirección, te estaré esperando.

Levi: Iré pronto, así esto sea una alucinación, iré por ti.

Me amaras al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora