| 1 | "COMPAÑEROS DE BUEN PORTE"

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Hallie observó como aquel tipo hablaba y hablaba, lo único que veía era como movía la boca, pero nada salía de ella porque no estaba prestando atención a una palabra de lo que decía. Le preguntó varias veces las mismas cosas y se notaba bastante animado mientras seguía hablando.

No entendía cuál era la necesidad de mirar sus piernas de aquella manera, las relojeó varias veces, y esas varias veces ella lo notó. No era ninguna tonta, pero Hallie tenía que hacer como que le prestaba atención ya que a partir de ese momento se convertiría en su encargado.

Primer día de trabajo.

¿Estaba nerviosa?

No, claro que no.

Ella estaba totalmente confiada en sus conocimientos y habilidades, además, a ese paso ya había estado en varios trabajos y con el tiempo pudo acostumbrarse a esperar cualquier cosa y que no le sorprendiera.

Su propósito era conseguir dinero para mantenerse ya que había renunciado de su trabajo anterior porque no le daban los horarios con la universidad. Asi que ahí estaba una vez más por empezar otro empleo.

Vio como su supervisor le entregaba un paquete y no tardó en darse cuenta que era su uniforme. Hizo una mueca al tener que usar uno, pero por un lado era mejor así, ya que no tendría que estar usando su preciada ropa y no tendría que estar pensando en que atuendos llevar cada día.

-Aquí tienes tu uniforme, consta de dos camisetas, dos faldas y en los pies te puedes poner cualquier cosa. -Abrió el paquete y se encontró con dos camisetas diminutas de color negro y otra de color blanco que se asemejaban más a un top que a otra cosa. También había dos faldas igual de los mismos colores que eran más unas mini-faldas.

Frunció el ceño al ver el atuendo tan sexista que le daban a las mujeres en aquel complejo para atraer clientes. Le molestó un poco eso, pero la realidad era que no tenía problemas con usar ese tipo de ropa, sino que era molesto el contexto de vestir a alguien así.

-Creo que esas botas te quedarían espléndidas con el uniforme -dijo el encargado mientras sonreía de una manera bastante horripilante y ella se encargaba de darle una sonrisa de lado demostrando lo idiota que le parecía.

Tenía el típico aspecto de chico que se hace el galán con todas y que al final del día cuando llegaba a su casa se terminaba clavando cinco malditas pajas. No tenía nada en contra de eso, cada uno podía darse el placer que quería y cómo quería. Lo único que era molesto era la manera en la que la miraba como si tuviese todas las de ganar con ella.

-Ajá -contestó mirando cada parte de la barra. Era bastante amplia y bonita, se veía bien equipada, solo esperaba que no faltara nada cuando le tocara comenzar a atender a la gente, eso sí que la enervaba; que faltaran los instrumentos de trabajo y no cumplir con sus expectativas.

-Tus compañeros vendrán más tarde -se levantó los anteojos ya que se le iban resbalando de a poco por el puente de la nariz. No era atractivo ante sus ojos, no le gustaba como le quedaba ese peinado engominado, ni el olor de su perfume, era demasiado fuerte y le hacía doler la cabeza. Tenía ojos grandes y hundidos y una nariz puntiaguda, labios demasiados finos y un poco resecos. Lo único rescatable de su aspecto era que tenía buena dentadura y un buen cutis. Pero claramente no era el tipo de hombre que le gustaba-. Luego vas a entrar a la misma hora que ellos, pero como es tu primer día debía hacerte venir temprano para mostrarte el lugar, darte tu uniforme y que conocieras un poco tu espacio de trabajo.

-Está bien -clavó los ojos en la mesada donde había varios utensilios que más tarde tendría que usar.

Ji Hoon -nombre de su encargado- comenzó a mostrarle detalladamente donde se encontraba cada cosa y era algo que agradeció mucho así no se perdía demasiado a la hora de que empezara la jornada de trabajo. Trató de memorizar lo más posible porque no pensaba pedir ayuda a sus compañeros de barra, iba por su cuenta y aprendía sola.

Dangerous Woman | BTS | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora