| 8 | "CONQUISTAS DIFÍCILES"

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Hallie se había planteado durante varios días encontrar otro trabajo durante la semana luego de la universidad porque con el sueldo que ganaba en la discoteca claramente no le era suficiente para hacer todo lo que tenía que debía. Así que había ido a dejar varios curriculums a muchos lugares, hasta que se le cruzó por la cabeza ir a aquel restaurante donde había ido una vez con sus hermanos.

Y en aquel momento ella estaba parada afuera del lugar viendo el nombre Ossu Seiromushi un poco dudosa de si era correcto o no dejar allí un curriculum. Pero finalmente tomando una gran bocana de aire se animó a entrar y vio que no había tanta gente como el día en el que ella había ido por primera vez. Enseguida su atención fue a donde había visto a Seokjin aquella vez, pero allí no estaba, sino que había otro chico mucho más joven que parecía estar muy aburrido mirando su móvil. Estuvo decepcionada por un momento, pero caminó de todas formas hacia allí y cuando el chico la vio él se enderezó en su lugar. Hallie le sonrió ampliamente usando aquel modo seductor por naturaleza que su persona tenia sin siquiera hacer un esfuerzo.

-Hola, ¿en qué puedo ayudarte? -se aclaró la garganta.

-Hola -su sonrisa no desapareció de su rostro-. Yo quería saber si podía hablar con Seokjin.

El chico se sorprendió un poco por razón desconocida para Hallie.

- ¿Kim Seokjin? ¿El dueño? -preguntó tratando de aclarar la duda.

-Así es -ella asintió. En ese momento se enteró de que el apellido de Seokjin era Kim.

- ¿De parte de quién?

-De una conocida -mintió claramente, porque lo más probable era que no la atendiera nunca de haber dicho otra cosa.

-Umm -miró hacia todos lados-, espera un momento.

El chico se levantó de su lugar de trabajo y desapareció por una puerta y ella realmente impaciente como era se puso a mirar como los empleados iban de un lado hacia otro llevando bandejas y limpiando mesas y atendiendo pedidos. Era un trabajo bastante agotador, pero necesitaba otro ingreso para ayudar porque no le gustaba no aportar lo suficiente para los gastos de la casa y bueno, también para darse sus gustos.

- ¿Quién dices que me busca? -aquella voz llamó su atención y vio como Seokjin salía por la puerta por donde el chico había entrado anteriormente y que ahora venía acompañado de Seokjin.

Igual al día en que lo había visto, Seokjin se veía estupendo con aquella aura de empresario que podía llamar la atención de cualquiera y que claramente llamaba la de ella porque si Hallie era conocida entre sus amistades era por siempre estar en busca de hombres atractivos que le llamaran la atención y a sus cortos veintitrés años tenía una larga lista de hombres con los que había estado y era algo de lo que no se avergonzaba, pero tampoco era algo para presumir sinó que ella hacia lo que quería sin importarle lo que dijeran sobre el estilo de vida que llevaba.

Y Hallie realmente al ver a Seokjin con aquel porte temió porqué el chico estuviera en pareja ya que ¿cómo un tipo como aquel podía estar soltero? Se notaba a leguas que era un excelente partido, pero solo a simple vista. No vaya a ser que por fuera era como el hombre perfecto y luego terminara siendo un patán tremendo. Y ella reconocía abiertamente que le gustaba tener sexo con diferentes hombres, pero siempre que no fueran casados porque no era de la clase que se metía con hombres comprometidos. Hallie podía ser de todo, pero no era una mujer que se interponía en un matrimonio por más que le encantara algún hombre, ella siempre tuvo claro eso y hasta el momento lo había cumplido sin problemas, no le gustaba esa clase de mujer que no le importaba los sentimientos de los demás cuando se trataba de un matrimonio y peor aún si había una familia detrás. Aquello le había quedado plasmado en su cabeza cuando era pequeña al ver a su madrina -que era como su segunda madre- sufrir cuando una mujer mucho más joven sedujo a su tío solo por dinero y destruyeron ambos por completo su matrimonio y en consecuencia los sentimientos de su hermosa tía para luego años más tarde volver arrepentido con la cola entre las patas suplicando perdón como el maldito mal nacido que era. Y la mujer, con el gran corazón que tenía lo había perdonado a pesar de todo. Aquello era desagradable para Hallie y no soportaba a esa clase de mujeres que se metían en los matrimonios para destruirlos y a esos hombres que no podían mantener la polla guardada. A esas mujeres Hallie las llamaba putas (por decirle de una manera, pero específicamente a esa mujer que repudió tanto, al igual que a su tío), porque ni siquiera las prostitutas que trabajan por dinero se merecían ser llamadas así. Y a esos hombres, bueno, ¿qué calificativos lo suficientemente insultantes hay para esa clase de hombres? Porque para las mujeres siempre hay uno. Entonces, ¿cómo se los podrían llamar? ¿Infiel? ¿Maldito? ¿Puto? ¡¿Cuál?!

Dangerous Woman | BTS | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora