[Nombre] corrió apresurándose cada vez más en llegar a la tienda, y cuando llegó hasta en frente de esta y miró a través de la puerta de vidrio, sintió como el corazón le dio un vuelco. El motociclista no estaba. No lo veía por ninguna parte, y sin embargo, ahí estaba su moto. Intentó clamarse, era imposible que se hubiera ido, pero la idea de volverse a quedar sola la aterrorizaba.
Ingresó haciendo sonar la campanita.
—Ah, [Nombre] — Escuchó su nombre salir de detrás del mostrador. La joven no pudo hacer más que suspirar tranquilizada. —Ven aquí— La llamó él.
— ¿Qué pasó?— Preguntó ella para asomarse y ver como el italiano, probablemente arrastrándose, había llegado hasta ahí. Se encontraba sentado con una mueca de dolor, pero una vez que levantó la mirada para encontrarse con la chica, solo le hizo unas señas con la cabeza. Señas que la [nacionalidad] supuso que significaban que se sentase a su lado.
Y así hizo, la muchacha rodeó el mostrador, dejó su azada sobre este, y se agachó para sentarse al lado del de ojos olivas. Una vez se hubo acomodado, escuchó una extraña voz en el lugar.
—Ya comenzó— Comentó asustado el joven mirándola, para inmediatamente dirigir su mirada hacia el frente.
Ambos se habían apoyado en la pared detrás del mostrador, y dentro de este se veía un estéreo bastante grande que el chico había encendido. Él se encontraba mirando la radio, escuchando atento.
—... sin embargo, no se sabe aún la cantidad de víctimas que ha dejado esta epidemia, pero es una enfermedad que se ha reportado ya en países como la India, Japón, China, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Dinamarca, Nepal, Mozambique...— Se oyó una voz femenina a través de la señal, parecía un noticiero. Continuó nombrando países por lo que parecieron tres minutos eternos —De los países que no han sido mencionados no se han recibido noticias aún, pero se especula que están teniendo los mismos ataques por parte de sus ciudadanos. Solo queda advertir: quienes hayan sido infectados, pronto tomarán acciones agresivas contra las personas que aún se conserven sanas. Así que manténgase alejado de los enfermos que ya han sido infectados. Repito, manténgase alejado de los enfermos que ya han sido infectados— Habló la mujer en la radio. [Nombre] y Lovino se miraron asustados —Los militares fueron alertados a primera hora, sin embargo, no se tiene más noticias de ellos— Volvió a decir mientras el italiano se removía incómodo en su sitio —Fuera de profesionalismos: si eres una persona que cree en plegarias, este es un buen momento para hacerlas— Mencionó con voz temblorosa antes de que en la cabina de grabación se escuchen estruendos. Y de ahí, nada. Hubo una estática que no se detuvo por los cinco minutos en los cuales los dos jóvenes en la tienda intentaban asimilarlo todo.
Lovino estiró su brazo y apagó la radio. Se volvió a acomodar en su sitio y suspiró.
— ¿Recién?— Se preguntó en un murmuro la [nacionalidad] —Yo llevo escapando desde medianoche— Se reprochó llevando ambas manos a su frente, tapándose así los ojos.
— ¿Dormiste algo, ragazza?— Habló sorprendido el italiano, notando recién lo que suponía el que la muchacha hubiese estado en una fiesta. Ella solo negó sin levantar el rostro.
Pasaron los minutos hasta que la joven se levantó para dirigirle la mirada al motociclista. Un poco asustada por lo que había estado pensando — ¿Qué piensas hacer mañana?— Preguntó ahora mirando la moto del chico.
—Debería comenzar a movilizarme, tampoco me puedo quedar aquí por siempre— Comentó mirándola fijamente. Ella volvió a conectar sus miradas.
Ninguno quiso decirlo, quizá por vergüenza, pero ya ambos habían asumido que de ahí en adelante viajarían juntos. Por lo menos hasta que la herida de Lovino sanase. El silencio del italiano se lo confirmó a la muchacha, y esta se quedó tranquila. Entonces sacó del morral todo lo que había adentro para organizarlo mejor. Primero metería la comida, y luego, encima, lo que usaría para defenderse en caso de que tuviese que pelear.
ESTÁS LEYENDO
Infectados - Hetalia x lectora
FanfictionY de pronto los muertos comenzaron a caminar, dejando a su paso muerte y desgracias. [Nombre] logra escapar del desastre pero, ¿logrará sobrevivir ante tanto caos? Definitivamente, sola no lo podrá hacer. Y así, nuestra protagonista conocerá a much...