Capítulo 12 - Plaza central

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Poco a poco, la [nacionalidad] fue abriendo sus ojos, notando que, por la claridad en la habitación, ya era de día. Se removió con pereza en la cama, para darse la vuelta y encarar a Alfred, quien dormía a tan solo unos centímetros de ella. Fue cuando sus narices rozaron que la chica volvió a moverse, mirando al techo avergonzada.
Probablemente se había sonrojado.
Soltó un suspiró y levantó el brazo en donde llevaba el reloj, mirando la hora en su muñeca. 7:34am.
Bostezando, la muchacha se sentó en el colchón acomodando su vestido lo mejor que pudo estando una vez con las piernas cruzadas como indio.

—Oh— Se oyó una voz en la cama de al lado. La jovencita volteó rápidamente a ver quién era. En la litera superior del otro camarote estaba Francis sentado, apoyándose contra la pared mientras tenía un libro abierto en sus manos. Llevaba toda la camisa desabrochada y el cabello recogido en una coleta. —Buenos días, mon amour— Saludó con una sonrisa encantadora mirando a la muchacha, quien luego de haber visto al francés, se frotó los ojos tranquila.

[Nombre] se volteó completamente para verlo de frente, sonrío lista para responder, pero un jadeo en la cama debajo suyo la interrumpió.

— ¿Francis?— Preguntó el canadiense mientras bostezando se sentaba en la cama, con algo de esfuerzo. Se acababa de despertar, tenía un poco de frío aún y le dolía la cabeza, pero se sentía notablemente mejor.

Bonjour, Matthew— Habló el de barba mientras veía al enfermo justo debajo de la muchacha. — ¿Cómo te sientes?— Preguntó mirando de reojo a la [nacionalidad], parecía que el canadiense no se había percatado de que ella también estaba despierta. La chica se quedó callada, de pronto interrumpirlos le pareció agresivo por su parte. Sin embargo, el francés se encontró acorralado en dos conversaciones, por un lado tenía a una hermosa jovencita mirándolo curiosa y por el otro tenía a su familiar enfermo que recién se despertaba.

—Mejor que ayer, definitivamente— Contestó Matthew, recibiendo una sonrisa por parte de Francis. El de pequeña barba miró de reojo a la muchacha, quien se aliviaba al haber escuchado en secreto aquel comentario por parte del enfermo.
Luego de unos segundos de silencio, se escuchó un suspiro frustrado por parte del canadiense. — ¿Cómo vamos a hacer para agradecerle a [Nombre], Francis?— Preguntó preocupado —Y a Lovino también, por supuesto— Añadió con seguridad

Las palabras del enfermo no hicieron más que enternecer al francés, quien con una sonrisa en los labios, notando que su familiar tenía la mirada desconcentrada en la pared, regresó la vista a la chica. [Nombre] solo pudo sonreír más ante lo que había oído, e intercambió miradas con Francis. Ella negó, no había necesidad de agradecer.

—No creo que ellos estén esperando nada a cambio— Trasmitió las palabras de la chica el francés, mirando nuevamente a Matthew, quien levantaba la vista para mirar inseguro a Francis. —Y si quieres demostrarles tu gratitud, hazlo de verdad. Ayer [Nombre] llegó a la habitación y tú ni siquiera te despediste; y sé que seguías despierto, a mí no me mientes— Reprochó el de barba sorprendiendo a la joven.

—Siento que soy demasiada carga— Habló el canadiense con la voz ronca — ¿Cómo quieres que los trate con normalidad mientras ustedes están afuera arriesgándose y yo estoy aquí?— Inquirió —Ni siquiera les he hablado a Alfred y a Arthur—

—Deberías, porque todos estamos preocupados— Se apresuró en decir Francis al ver como la chica negaba con rapidez, queriendo dar a entender de que Matthew no debía sentirse de esa manera. El francés se concentró en los labios de la joven, los cuales estaban diciendo una frase sin sonido. Sin dejar de mirarla, tradujo lo que entendió — ¿Tú sabes lo agradecida que está [Nombre] por lo que hicimos con su amigo?— Dijo sorprendiéndose a sí mismo, recibiendo una sonrisa agradecida por parte de ella.

Infectados - Hetalia x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora