Infectados - Hetalia x lectora

Capítulo 32 - Planes y sótanos

Este capítulo ya lo tenía escrito, así que no podía no actualizar teniendo esto listo c':
Ojalá esto le añada un poco más de emoción a la historia (ya verán a lo que me refiero jiji)

Gracias por la comprensión y por el apoyo, me encantan! 
Y por eso, espero que el capi les encante a ustedes <3

°-°-°-°-°-°

Pronto, el suizo salió del baño, con su remera negra encajada dentro de su pantalón caqui, tal como el primer día que la chica lo había visto. Y aun así habiendo convivido tanto tiempo juntos, se sentía igual. Como si no lo conociese.

Un momento, ¿tanto tiempo?

El hombre se encaminó hacia el mueble individual, quedando así frente a la jovencita mientras que con una toalla alrededor de su cuello secaba el cabello rubio sin ninguna expresión notable. Miraba sin demasiado interés el suelo, perdido en sus pensamientos. La [nacionalidad] lo miró curiosa, y sin pensar, formuló: — ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que inició todo?— Preguntó ella sin mucha vergüenza, realmente curiosa por saber la respuesta. Su semblante estaba, sorpresivamente, bastante serio.

El militar la miró confundido por la repentina pregunta. Pero sin dudarlo contestó aquello que había estado contando sin cansancio y pensó que sería información que jamás compartiría —Doce días— Respondió sin dejar de mirarla, esperando su reacción.

Y luego de ver la expresión de sorpresa, supo que había valido la pena el quedarse viendo a la mujer. ¿Doce días? ¿Por qué entonces se sentían como tres meses?

— ¿Y nosotros...?— Quiso ella preguntar qué tanto tiempo habían comenzado a sobrevivir juntos. Y antes de poder terminar aquella pregunta, el rubio ya tenía la respuesta.

—Cinco— Contestó esta vez sin mucho interés. Volvió a mirar hacia el suelo y continuó secándose el cabello — ¿Revisaste la cocina?— Preguntó ahora él sin mirar a la chica.

—Sí. Hay suficiente para esta noche, pero desde mañana ya no sé qué tanto pueda durarnos la comida— Anunció terminando con un suspiro resignado — ¿Has revisado si hay luz?— Inquirió de vuelta la del vestido negro.

—Sí, y no hay— Contestó Vash quitando la toalla de alrededor de su cuello y devolviendo su vista a su acompañante —Toda la ciudad debe estar en las mismas— Supuso recordando la falta de electricidad en el departamento.

—Entonces establecernos no va a ser una prioridad en ningún lado— Comentó ella sin pensar mucho sus palabras bajando la mirada.

—Eso mismo estaba pensando— Mencionó el suizo de pronto con aparente interés en la conversación. La muchacha levantó la vista confundida ante lo dicho por el hombre —En el departamento valía la pena estar, con comida de sobra, armas, varias habitaciones y gente con las cuales compartirlas. Pero ahora, solo nosotros dos, sin comida ni muchas municiones, creo que lo mejor será movernos— Analizó seriamente.

—Además con los limpiadores quizá en esta zona...— Murmuró ella como añadidura dudosa.

—Exactamente— Suspiró el militar notando aquel detalle —Y este sector de la ciudad no parece muy limpio. Así que, o vienen a limpiarlo, o vienen más infectados a impedirnos salir— Razonó mirando a la jovencita para ver qué respondería ella ante aquella suposición. Esperar sus reacciones parecía ser algo interesante, no había conocido antes una joven tan diferente.

—Y sin comida no podemos permitirnos quedarnos encerrados— Respondió ella enorgulleciendo, por alguna razón, al rubio que tenía en frente. Aunque aquel orgullo no significaba una sonrisa.