Capítulo 9 - Malas ideas

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El día fue aclarando, y así las seis de la mañana llegaron con un quejido de dolor del canadiense. Ante tal sonido, [Nombre] no pudo hacer más que saltar de su cama exaltada, por poco chocando contra la cama sobre su cabeza. Todos parecían seguir durmiendo, pero Matthew en la cama junto a la de la muchacha estaba despierto respirando con dificultad.

La joven bajó de su colchón y se acercó al de ojos violetas, agachándose a su lado con rapidez. Una vez el canadiense sintió junto a él a alguien más, abrió los ojos que tenía fuertemente cerrados.

— ¿No te parece que hace mucho frío?— Habló con pesadez el joven, casi arrastrando sus palabras por el esfuerzo que había hecho para pronunciarlas. Estaba ronco, y le dolía la garganta.

Ella suspiró tocándole la frente —Estás hirviendo, tienes fiebre— Comentó mirando al enfermo —Voy a traerte algo de tomar, tienes que mantenerte hidratado— Dijo para levantarse y salir de la habitación en silencio.

Cruzó la sala notando que tanto Arthur como Lovino aún dormían en el sillón más grande, por lo que decidió caminar despacio para no despertarlos. Llegó a la cocina y tomó una tetera, llenándola con un poco de agua y poniéndola al fuego. Entre las alacenas que había buscado la noche anterior con Alfred le había parecido ver unos filtrantes, por lo que decidió buscarlos. Luego de menos de un minuto lo encontró, unas cuantas bolsitas de té. Tomó una taza y esperó a que el agua hirviera.
Una vez que esperó a que se hiciera el té, botó a la basura el filtrante y con la taza en las manos regresó a la habitación.

Todos parecían seguir durmiendo, todos menos Matthew, que estaba luchando con las sábanas para poder acomodarse en el colchón sin sentir frío. No quería estar molestando más de lo necesario a la [nacionalidad], y ella misma le había avisado que hoy tendría fiebre, ¿pero qué podía hacer él para no sentirse enfermo?

Una vez la chica se encontró al lado del canadiense, lo ayudó a sentarse en la cama, colocando una almohada contra la pared para que él se apoyase ahí sin tener más frío del que ya sentía. [Nombre] volvió tocarle la frente al joven. No tenía termómetro alguno, por lo que no podía saber con exactitud cuántos grados tenía él. Le alcanzó la taza, y un poco confundido, Matthew la recibió.

—Es té— Aclaró ella —Está bastante caliente, así que espero que eso te quite un poco el frío— Suspiró, notando lo sudado que estaba el muchacho. Por supuesto que lo estaba, su cuerpo estaba hirviendo y él estaba temblando bajo las sábanas.

La joven se devolvió hacia su cama y sacó de ella todas las colchas que había. Se volteó hacia el canadiense una vez más y se las colocó, notando como este dejaba de temblar considerablemente.

—Sudar un poco te va a hacer bien, no te preocupes— Habló la muchacha regalando su primera sonrisa del día, calmando de sobremanera a Matthew, quien sentía que pronto se iba a morir por la fiebre. A [Nombre] le vino rápidamente una idea mientras miraba los ojos violetas del enfermo —Voy a buscar un termómetro en el botiquín, quizá encuentre uno— Anunció ella retirándose una vez más de la habitación.

En la sala pudo divisar la cajita blanca en el suelo, justo a los pies del sillón más grande. Con sumo cuidado se acercó hasta el botiquín, tomándolo entre sus manos haciendo el menor ruido posible, sin percatarse realmente si había despertado a alguien o no. Regresó con rapidez a al cuarto junto al canadiense. Se agachó a su lado y abrió la caja.

—Que suerte— Dijo sonriente en un murmuro para sí misma sacando lo que buscaba.

El de ojos violetas solo la podía ver dar vueltas por la casa admirado. Era la misma impresión que había tenido de ella cuando llegó a ayudarlos a combatir a los infectados –o bueno... había llegado a ayudar a sus parientes-. Parecía un ángel caído del cielo, que había llegado en el momento preciso para salvarlos de todo el caos que por poco acababa con ellos.
Estaba decidido a que, cuando él se recuperara, la protegería con su vida si era necesario.

Infectados - Hetalia x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora