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DANIEL O'BRIEN.

Ya había dicho que no me gusta ese tipo de cosas, pero no pude frenarlo ya que si yo no organizo la fiesta él lo hará por mí, no pude hacer nada más que aguantar los actos de mi padre. ¿Qué más quiere de mí? digo, estudio, trabajo y además casi no dependo de él ya que trabajamos juntos para en un futuro yo me hiciera cargo de la empresa, con el dinero que gano ya estoy pagando por un departamento.

Continuando con la fiesta... todo pasó muy rápido ya que la gente empezó a arreglar la mansión de mi padre, yo solo me quedé en los establos cabalgando y cuidando a mi caballo. Este era de color blanco y con manchas café en el cuerpo.

Una empleada me sacó de mis pensamientos solo para avisarme que me fuera a dar una ducha porque no tardarían en llegar los invitados, no dije nada, solo deje el cepillo con el que estaba cepillando a Gus y me fui a dar una ducha.

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Anna era la chica con la que he estado enamorado desde hace tres años atrás, pero siendo yo...

- Hola Anna- le respondo.

No duró casi nada la conversación ya que solo me felicitó por mi cumpleaños y después sus amigos la llamaron para que entrara, claro ella me invitó a entrar pero yo le dije que la alcanzaría después.

Después de un rato de relajación y que después más personas me desearan feliz cumpleaños entre a mi fiesta. Vi en como las personas brincaban al ritmo de la música electrónica, casi al centro de la pista de baile pude ver a Anna bailar con sus amigos, no sé cuánto tiempo me le quede viendo, ni siquiera me di cuenta cuando ella me estaba viendo, solo en cuando pude reaccionar camine sin rumbo fijo, hasta que llegue a la barra para pedir un trago, no quería excederme ya que no quiero estar adolorido al día siguiente así que solo bebí dos cervezas y salí de nuevo a los establos.

Después de estar varias horas en los establos pude notar a lo lejos como la gente comenzó a salir de la mansión y a subirse a sus automóviles. Salí de los establo para despedirme de unas cuantas personas, pero cuando estuve en mi caminata pude ver con cómo las gemelas estaban muy ebrias y que Scott y William las tuvieron que cargar para llevarlas a la fuerza, claro que ellas se opusieron cuando las levantaron y se quejaron, llamarón la atención de las personas que estaban a su alrededor y de las que iban pasando.

Pero no debía quedarme así de estancado para siempre, mi padre espera a que tenga una vida sociable y con una compañera de vida, debía dar el siguiente paso y sin quedarme a medias palabras. No sé cuánto avance hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.

- Daniel- de nuevo era Anna.

- Hola Anna.

- Solo quería decirte que gracias por invitarnos a tu fiesta de cumpleaños, la mentó que mis amigos no se despidan de ti pero las gemelas se pasaron de copas.

- No hay problema te entiendo, y gracias por venir.

- No hay de que- comenzó a dirigirse al auto.

No podía dejar que solo así se fuera. Después de pensarlo tome el suficiente valor y apresure el paso para alcanzarla antes de que se subiera al auto. La tomé del brazo haciendo que se diera media vuelta quedando cara a cara.

- Solo quería decirte que, si te gustaría salir con migo un día de estos.

- Sí, claro, el día que quieras- dice Anna con una sonrisa, pude notar que estaba un poco ebria ya que sus palabras no eran como al inicio de la fiesta y se tambaleaba solo un poco.

- Ok, te veo luego.

- Adiós- dice y se sube al auto, me quedo helado por unos minutos y veo en como los demás se retiran. Pase la noche en casa de mi padre, no tenía la intención de conducir a esta hora de la madrugada así que me quede adormir.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora