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ANNA.- Parte 1.

En casi una semana que no sé nada de Daniel, no se ha aparecido en la escuela y no contesta mis mensajes o llamadas. La pequeña Rachel me llamó el otro día a mi teléfono desde la mansión, el padre de Daniel me pidió que si podía pasar el día con ella y yo con mucho gusto acepté ir con ella ya que no tenía que hacer en mi día libre del trabajo. Fuimos al centro comercial pero no solas ya que el padre de Daniel nos acompañó, pasamos el día de paseo y de compras. Le pregunté sobre Daniel pero no sabe en donde se encuentra solo hay que esperar a que aparezca un día en la escuela...

- Anna, ¿sabes en dónde está William?- pregunta Irina.

- No pensé que vendría con ustedes.

- De hecho no lo hemos visto desde el sábado- dice Scott.

- De seguro debe de estar con una chica que conoció por ahí- bromea Emily.

- Bueno entonces cuando se aburra de ella es cuando aparecerá- digo mientras tomo un sorbo de mi malteada. No me voy a negar que los comentarios me removieron un poco el estómago ¿Por qué? No lo sé. Después del almuerzo y cuando las clases concluyeron. Fui al estacionamiento.

- Anna- giro sobre mis talones y de nuevo parece sin decir hola. Yo levanto una ceja mientras me cruzo de brazos, estoy un poco enojada por varias razones.

- Vaya después de varios días decides aparecer.

- Lo siento en serio- pasa una mano sobre su nuca- escucha solo quería ver que no ha pasado nada mientras me fui.

- Bueno aparte de que te perdiste de dos exámenes, no, no hay más de lo que te perdiste.

- No fue mucho.

- Y bien.

- Fui a Europa.

- ¿Europa?

- Si a Europa, fui a un pueblo antiguo con un señor de muy avanzada edad y este señor le pasó lo mismo que me pasó a mí. Y se podría decir también que él maneja una especie de don por así decirlo.

- ¿Qué clase de... don?

- De que nadie tome tu cuerpo, base de unos objetos si llevas contigo dicho objeto nada se podrá acercar a ti y no pueden tomar tu cuerpo, el descubrió eso hace poco y le función.

- Y si llevas ese tipo de objetos, es como un escudo- digo mientras hago una mueca tratando de comprender la situación, aún se me complica esto pero no puedo hacer nada así que solo espero que esto termine lo más rápido posible.

- Si un escudo, por eso fui a Europa, él me dio unos cuantos de esos objetos que en este caso son piedras- dice mientras mete una mano en el bolsillo de su pantalón y saca un anillo de cobre y con tres piedras, dos de color plateado y en el centro una de color rosa, esta es un poco más grande que las otras dos. Camina hasta estar a unos centímetros de mí, toma mi mano derecha y me pone el anillo- este es el tuyo, y no te lo tienes que quitar para nada- miro el anillo y después lo miro a los ojos.

- Es bonito.

- Yo también tengo un anillo- me muestra su mano y el de él es de color dorado y en el centro tiene una pequeña piedra de color rojo, el suyo es más grueso que el mío y llama más la atención.

- ¿Crees que esto nos ayudará?

- Sí, sí creo que nos ayude, también le di uno a tu papá que también es un anillo y también traje uno para cada uno de los chicos, eso se los daré mañana en la escuela, les diré que tuve que salir de viaje y conocer la ciudad y que les traje unos recuerdos, algo así, veré y espero me crean.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora