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DANIEL O ́BRIEN.- Parte 2.

Mientras regresábamos Rachel se quedó dormida en los asientos traseros, yo tomo la mano de Anna y logro llamar su atención.

- Lo siento por comportarme como un idiota anoche.

- No tienes por qué hacerlo, solo si me molesto que condujeras estando ebrio.

- No lo haré otra vez y quiero que sepas que tienes todo mi apoyo en todo, te prometo que haré todo lo necesario para que estés a salvo tú y mi hijo.

- Gracias... pero lo que más me preocupa es Wolf, no se ha parecido en semanas y me preocupa lo que hará ahora- mira a los asientos traseros y después me mira- y ahora con Rachel no quiero que algo malo le haga.

- Conseguiré otra piedra para ella, le gusta usar muchas pulseras así que le daré una con la piedra incrustada.

- De acuerdo- llegamos a casa y la noche ya había caído, tomo en brazos a Rachel y la llevo a su habitación mientras que Anna se pone la pijama, cierro la puerta detrás de mí, me pongo el short de pijama y entro a la cama con Anna. La abrazo y ella hunde su rostro en MI pecho mientras que una mano acaricia su espalda y la otra su cadera, siento su respiración y ella siente la mía, nos quedamos unos minutos así hasta que nos quedamos dormidos.

Despierto y Anna sigue dormida, me levanto, me doy una ducha rápida y me visto. Voy al cuarto de Rachel para ver si ya está lista, toco su puerta y me deja pasar.

- ¿Lista para ir a la escuela?

- Ya casi, solo que no encuentro mi suéter rosita- miro alrededor de su cuarto y lo encuentro debajo de sus libros que están en el escritorio, me dirijo y se lo lanzó a la cara.

- Aquí está.

- Gracias- dice de mala gana mientras se quita el suéter de la cara, toma su mochila y salimos del cuarto, cuando pasamos por mi cuarto ve a Anna que sigue dormida.

- Sigue cansada- digo mientras cierro la puerta.

- ¿Sigue enferma?

- Si- digo un poco dudoso ya que no es como decirle esto a ella, así que no digo más y la llevo a la escuela.

Regreso a casa y encuentro a Anna ya vestida y cambiada en la sala comiendo una dona de chocolate y un vaso de leche. Sonrió al verla y ella se encoje de hombros, me siento a su lado y me recargo sobre el respaldo del sofá.

- Tendré que comprar más provisiones- bromeó un poco.

- Mejor para mí- sonríe.

- Lo que no se es como se lo diremos a tu papá y a los chicos.

Suspira- si ya sé, no quiero ni imaginar cómo se pondrán con la noticia- le da otro mordisco a la dona.

- Ya somos dos- me cruzo de brazos.

- Lo que no me puedo sacar de la mente es Wolf, siempre ha sido Wolf.

- No pienses más en el- me acerco a ella y paso un brazo por sus hombros- solo, que no quiero que tú y Rachel estén cerca no me perdonaría que algo malo les pasara.

- Pero ¿quién hará el círculo para atraparlo?- lo pienso por un momento y creo que se me vino una idea a la mente, ella solo espera a que diga algo, la miro pero ella frunce el ceño.

- Tu papá hará el círculo, le diremos de la noticia que espero y no se altere.

- No lo hará, es mi padre y lo conozco muy bien.

- De acuerdo- continuó- a él le decimos primero que a todos lo del embarazo y cuando concluyamos con el plan se lo decimos a los demás y les explicaremos porque tu papá tomó tu lugar, tú y Rachel irán a la casa de campo ahora que los hombres de Sebastián ya no nos tienen en la mira, no las molestarán pero por precaución cierren las puertas y ventanas con seguro y las dos duerman en una sola habitación- ella lo piensa por unos segundos.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora