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ANNA. 

Estuve en la sala viendo una de mis películas favoritas, 22 de julio. El timbre sonó y dejé las palomitas en el costado del sofá, caminé a la puerta pero antes de abrirla sentí esa sensación en mi dedo en el cual yo tenía el anillo, me detuve antes de abrir la puerta pero podía ver la sombra al otro lado de la puerta debido a la ventana que tenía la puerta. Retrocedí un paso.

- Anna sé que estás ahí dentro, abre por favor no te haré nada- fijé la vista en mi dedo y, si prácticamente estaba brillando, pero lo que más me aterró fue que la voz se me hizo demasiado familiar, podía distinguir una figura masculina ya que vestía unos pantalones de mezclilla y una chaqueta de color negro- Anna abre- mierda Scott, no puedo hacer nada con mi mejor amigo, no podía hacer nada mientras que Daniel Wolf estaba poseyendo el cuerpo de mi amigo. Comenzó a golpear la puerta y mi corazón comenzó a latir muy rápido. La temperatura de mi rostro comenzó a elevarse. De un momento a otro el anillo dejó de brillar y volví la mirada a la puerta- ¿Anna?

- ¿Scott?

- Si soy, yo- lo dudé un poco pero al final abrí la puerta ya que el anillo ya no brillaba.

- Pasa- digo cuando abro la puerta y la cierro rápido- ¿pasa algo?

- La verdad no sé porque estoy aquí, te lo juro- mierda, mierda, mierda.

- Scott tienes que irte, lo siento pero...- él hizo una mueca y retrocedió un poco, no sé si era de dolor, pero eso era lo que decía su rostro, las venas de su cuerpo comenzaban a resaltarse, manos, cuello y frente se notaban fácilmente. Soltó un pequeño grito y después cayó de espalda retorciéndose del dolor. Por unos segundos me quedé helada pero sabía que tenía que salir corriendo ya que esto es obra de Daniel Wolf, retrocedí unos pasos llegando hasta chocar con la pared, cuando Scott dejó de moverse tenía los ojos cerrados.

Me quedé mirando la escena y después Scott abre sus ojos, pero sus ojos son más claros, se levantó y sus ojos buscaban algo hasta que se detuvieron en mí. El anillo volvió a brillar y fue cuando me di cuenta, en su rostro se dibujó una sonrisa pero una que me causó miedo haciéndome querer retroceder más. De un solo brinco se levantó y me miró por unos minutos sin borrar la sonrisa.

- Hola Anna, pequeña, débil- con cada palabra que daba un paso hacia mí y yo seguía sin poder moverme ya que no me daría tiempo- puedes hacer nada sin tus amigos, ahora quiero que los llames para que vean como su amigo golpea a su mejor amiga, ¿cómo crees que reaccionará Daniel?

- Daniel... Wolf, aléjate de mí- digo estirando un brazo para evitar que me golpeara.

- No lo haré ya que por tu culpa me mataron.

- No- negué con la cabeza- te mataron porque tú te lo buscaste Wolf.

- No es cierto, yo quise hacer lo correcto, pero tu supuesto padre no quiso que lo hiciera.

- Estás insinuando que mi padre fue el que te mató.

- Tú qué crees Anna- niego con la cabeza.

- No sabes nada- mierda, mierda, la eche a perder. Él me miró y frunció el ceño.

- Tú- me señaló- dime quién fue el que me mató, nos mató.

- No, lo, se.

- Si lo sabes ya que te descubriste tu sola- no vi otra salida más que hacer el intento y salir corriendo por un costado, llegué al comedor y al notar que estaba intentando huir me persiguió, corrí hacia las escaleras y logré subirlas pero cuando comencé a correr por el pasillo para entrar a una de las habitaciones me tomo por el cabello, yo me llevé las manos a la cabeza, me tiro al suelo cayendo a los pies de las escaleras, me puse de rodillas pero llego antes y me lanzó una patada al abdomen haciendo que cayera por las escaleras. Mis piernas se golpearon al igual que mis hombros, cabeza y manos. Yo aguanté el grito y saqué los dientes ya que me dolía tanto el cuerpo y no podía levantarme.

La venganza del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora